domingo, 25 de marzo de 2018

ULTIMA HORA :La Policía alemana detiene a Puigdemont cuando entraba desde Dinamarca




El expresidente acababa de cruzar en coche la frontera cuando los agentes le pararon a raíz de la euroorden de detención cursada por la justicia española

La policía alemana ha detenido al expresidente catalán Carles Puigdemont cuando cruzaba la frontera en coche desde Dinamarca rumbo a Bélgica, país en el que tiene fijada su residencia, en aplicación de la euroorden cursada por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.

La detención ha sido confirmada por la propia Policía alemana y el abogado del expresident, Jaume Alonso-Cuevillas, que ha asegurado que ahora se encuentra a la espera de que se practiquen las «comprobaciones» oportunas en relación con la orden de detención que tiene pendiente.

El Gobierno acaba de recibir la confirmación oficial por parte de las autoridades alemanas del arresto de Carles Puigdemont. «La detención es consecuencia de la petición cursada por la justicia española e irá seguida de los trámites habituales en el sistema europeo de cooperación policial y judicial», asegura el comunicado.

El CNI ha hecho un trabajo fundamental en la detención de Puigdemont con un seguimiento desde Helsinki hasta Alemania, país más favorable para el arresto.

Tras la detención, el próximo paso es que Puigdemont pase ante las autoridades judiciales alemanas a lo largo del día, que tendrán que decidir en virtud de la euroorden si le dejan en libertad con o sin medidas cautelares, o si lo mantienen detenido. El contador de la OEDE se pone en marcha y la decisión final sobre la eventual entrega debe tomarse en un plazo de 60 días aunque en casos excepcionales podría alargarse hasta 90.

Los agentes han detenido a Puigdemont poco antes de las 12.00 de este mediodía en una autopista de Alemania, a la altura de la localidad de Schuby, a unos 30 km de la frontera, cuando se dirigía dirección sur hacia Hamburgo, según ha confirmado un portavoz de la policía alemana.

El expresidente de la Generalitat volvía a su residencia en la localidad belga de Waterloo en vehículo desde Finlandia (unas 27 horas en coche) , país al que había viajado para impartir una conferencia en la universidad de Helsinki y donde le sorprendió la euroorden que el juez activó el pasado viernes para detenerlo a él y a los exconsellers que se marcharon de España.

La noche del mismo viernes, Carles Puigdemont -que tenía unos billetes de avión para regresar a Bruselas ayer por la tarde- abandonó Finladia rumbo a Bélgica, según confirmó el diputado finlandés Mikko Kärnä, uno de sus anfitriones en el país nórdico.

A lo largo del día de ayer, las autoridades finlandesas estuvieron buscando sin éxito a Carles Puigdemont, por lo que vigilaron todos los puertos y aeropuertos del país, tras recibir la euroorden dictada por Pablo Llarena.

Según Alonso-Cuevillas, la defensa de Puigdemont está poniéndose en contacto con abogados alemanes para organizar la asistencia jurídica del expresidente catalán de cara a la orden de detención a la que se enfrenta.

El abogado de Puigdemont ha explicado a Efe que el expresidente de la Generalitat ha recibido un trato «exquisito» por parte de los agentes alemanes que lo han recibido

Esta misma mañana el abogado aclaraba en una entrevista a Rac1 que no sabía «exactamente dónde está» el dirigente independentista, horas después de anunciar en un mensaje de Twitter que su cliente se encontraba ya a disposición de la justicia belga.
Delito de rebelión en Alemania

Mientras que en España la rebelión exige un alzamiento violento y público llevado a cabo para una serie de fines concretos como «declarar la independencia de una parte del territorio nacional» y la sedición, un alzamiento público y tumultuario que actúe por la fuerza o «fuera de las vías legales», en Alemania los equivalentes de ambas conductas serían los delitos de alta traición contra la federación o contra un Estado. La primera consiste en intentar perjudicar la existencia de la Federación o cambiar el orden constitucional; la segunda, considerada menos grave, incluye una modalidad destinada a perseguir los intentos de agregar o separar un territorio o un Estado. Ambas modalidades exigen violencia o intimidación.

Un delito de Alta Traición a la Federación con violencia puede llegar a ser castigado «de por vida». Al igual que ocurre en Canadá, donde cualquier persona que «utilice la fuerza o la violencia con el propósito de derrocar al Gobierno de Canadá o a una provincia» será castigada con cadena perpetua.
La euroorden de detención

Carles Puigdemont es un especialista en jugar al gato y el ratón mientras dispara sus mofas y críticas contra la justicia española cuando tiene la ocasión. Este viernes, una vez que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena decretó el ingreso en prisión del fallido candidato a presidente Jordi Turull, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y otros tres exconsejeros tras notificarles el auto de procesamiento por un delito de rebelión en la causa del 'procés', el huido escribió un mensaje en su red social favorita: «El Estado español antidemocrático es una vergüenza para Europa».

Lo hizo poco antes de que el magistrado concluyera la maratoniana jornada con la reactivación de la orden europea e internacional de detención contra el expresidente de la Generalitat, los exconsejeros Antoni Comín, Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Lluís Puig y la secretaria general de ERC Marta Rovira. Un movimiento previsible de Llarena tras dictar el auto de procesamiento (un paso más hacia el juicio oral) contra 25 investigados y que provocó la inmediata reacción del mandatario virtual. «Reunión de urgencia esta noche con los consejeros para analizar la nueva ofensiva contra quienes defienden el derecho de los catalanes a decidir su futuro», escribió.

Se desconoce si este anuncio lo hizo ya de camino, a toda prisa, a su refugio belga, donde reside desde el pasado 30 de octubre para evitar su ingreso en prisión junto a los cabecillas políticos del 'procés': su vicepresidente Oriol Junqueras y su consejero de Interior Joaquim Forn, que siguen preventivos en el centro penitenciario de Estremera (Madrid).

Y es que a Puigdemont, de 55 años, la reactivación de la OEDE le pilló en Helsinki (Finlandia), segunda parada de su periplo europeo tras empezar la semana en Ginebra (Suiza), donde se reunió con la también huida Anna Gabriel, la dirigente de la CUP procesada únicamente por un delito de desobediencia (no conlleva prisión) y que solo mantiene la orden de detención nacional por no haber comparecido ante el juez.

Que el expresidente procesado en rebeldía estuviera en Finlandia el día en que la justicia española ha vuelto a seguir su pista quizá no entraba dentro de su estrategia. La razón es muy sencilla: el Código Penal del país castiga con diez años de prisión la voluntad violenta de una persona de separar una parte de Finlandia del resto del territorio. La misma pena para el delito de alta traición, a quien por medio de la violencia intente derogar la Constitución finlandesa o alterarla, o los fundamentos políticos del país.

Es decir, en caso de que se hubiera tramitado allí la euroorden sí se cumpliría el condicionante de la doble tipificación del delito de rebelión, ya que está recogido en los códigos penales de ambos países. Una circunstancia que no ocurre en el Derecho belga y que podría influir en la vigencia del delito a la hora de tramitar la entrega de Puigdemont.
«Da igual donde esté»

Pese a esta circunstancia, Puigdemont quiso transmitir normalidad en una entrevista este viernes en el diario finlandés 'Helsingin Sanomat', donde aseguró que no tenía intención de salir huyendo. «Si se emite la orden europea de detención da igual en qué país esté. Las autoridades tienen que cumplir la ley», respondió.

Su abogado Jaume Alonso Cuevillas también declaró ayer por la mañana a Catalunya Radio, quizá para despistar, que su cliente tenía tiene intención de entregarse a las autoridades escandinavas, como ya hizo en Bélgica cuando la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, primera instructora del 'procés', lanzó la primera euroorden. Incluso un portavoz de la policía finlandesa llegó a confirmar que ya habían recibido a través de Interpol la documentación de la OEDE y que se había activado en consecuencia el «procedimiento normal de entrega».

Sin embargo, a primera hora de la tarde de ayer el diputado que había invitado a Puigdemont a un seminario a Helsinki, Mikko Kärnä, del liberal Partido de Centro, confirmó en una red social que acababa de «recibir información de que se fue de Finlandia la noche del viernes por medios desconocidos hacia Bélgica», a su residencia de Waterloo. Un extremo que fue corroborado por el mismo abogado que había asegurado horas antes en la radio pública catalana que tenía el propósito de entregarse en Helsinki.

Así, el juego del gato y el ratón del expresidente para evitar caer en manos de la justicia finlandesa contradice aquel mensaje del 6 de diciembre en el que se jactaba de que el juez Llarena retirara la euroorden a Bélgica «por miedo a hacer el ridículo ante la mirada europea».

Si Puigdemont y el resto de exconsejeros se hubieran entregado a las autoridades belgas, el juez de instrucción de Bruselas les habría interrogado con los nuevos datos de la OEDE, mucho más abundante tras el auto de procesamiento.

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