jueves, 26 de abril de 2018

Películas... por Antonio Soler

Cifuentes aguantó la carga del máster fraudulento, pero no resistió el cortometraje de Eroski

Creía uno que, pasado el Festival de Málaga, los peliculeros iban a descansar un rato. Pero no. Ayer, de nuevo, la cosa iba de películas. Le han concedido el Premio Princesa de Asturias a Martin Scorsese el mismo día que por internet circulaba un corto que hace homenaje a otra vaca sagrada de Hollywood -en nuestra opinión, más vaca que sagrada-, Alfred Hitchcock y su 'Marnie la ladrona', aquella cleptómana a la que Hitchcock adornó con las rebajas del psicoanálisis y surrealismo, si es que una y otra cosa no son lo mismo. Cristina Cifuentes, protagonista del corto viral, rubia como le gustaban al director inglés sus actrices aunque más jijas y con el glamour pasado por la turmix después de un mes de pesadilla y suspense, dijo una gran verdad. Confesó haber cometido errores. Dijo haberse saltado semáforos en rojo y cosas bastante peores. Se humanizó la ya ex presidenta después de haber pretendido durante semanas ser más efigie que humana, más mármol que carne y hueso.


Cifuentes aguantó la carga del máster fraudulento, pataleó y echó porquería sobre la universidad, pero no resistió el cortometraje de Eroski. La cámara, dicen los del oficio, te quiere o no te quiere. Y a Cifuentes, en esta ocasión, la ha tratado en plan madrastra de Blancanieves y le ha escupido su pasado a la cara. Lo cierto es que la vida de nadie aguantaría el visionado completo sin sonrojarse más de medio millón de veces. A Cifuentes sus viejos amigos le han pasado la moviola sin piedad. Poco importa que ella se haya esforzado por ser punta de lanza en ese casting, en esa carrera hacia el estrellato de los juguetes rotos.




La vergüenza salpica también al otro lado de la cámara y uno sale cabizbajo de esa sesión de cine barrio bajo. Tiene que ir uno a lavarse el ánimo con los matones estéticos de Scorsese, que habría merecido el premio que le han dado aunque solo hubiese rodado 'Malas calles', o 'Toro salvaje', o 'Casino', por ejemplo. Pero hablando de rodajes, la película que hoy uno se proponía comentar no era de gente del hampa sino esa otra que se ha producido en esta casa y que apela a valores bien distintos, como la humildad y el esfuerzo colectivo. Ese vídeo en el que un puñado de malaguistas empuja un autobús varado, el del Málaga. Un autobús con las bielas achicharradas por un mal conductor, el jeque, y al que tenemos que salir a rescatar los ciudadanos. El Málaga también tiene que ser ahora más que un club. El fútbol, ya se sabe, es más que un deporte. Es economía, es seña identitaria, es orgullo y pura sociología. Así que después de aquel sueño hollywoodiense de la Champions, ahora toca empujar el autobús. Sacarse un abono y ver al Lugo y al Reus como si fueran el Madrid o el Barça, porque solo de esa forma el Madrid y el Barça serán quienes pronto vuelvan a pisar el césped hoy quemado de La Rosaleda.

116 artículos de OPINION de Antonio Soler en Aumor AQUI

Mas artículos de OPINION en Aumor AQUI

No hay comentarios:

Publicar un comentario