jueves, 28 de noviembre de 2019

Eusebio Poncela: "Era un yonqui muy raro; me iba a correr ciego perdido"

Eusebio Poncela estará el próximo 24 de Enero en el Teatro Cervantes presentando "El Sirviente" de Robin Maugham dentro de la programación del XXXVII Festival de Teatro de Málaga.

Eusebio Poncela. Madrid, 1947. El veterano actor está en plena forma mental y física y de gira con la obra de teatro El sirviente. Hace años que dejó atrás la heroína y una "muy muy agitada" vida. En el escenario, transita hacia el verdadero mundo real.
Pregunta : En lo que he leído sobre usted se repiten dos palabras: raro y hermético.
Pero no lo digo yo. Hay que ser peculiar y personal. Tener vida propia.
Hay que tener un sello, ¿no?
¿Ah sí? Yo no lo tengo. ¿Y cómo es el sello? ¿Se compra o se adquiere? Porque puedo ir inmediatamente a por él.
¿Cuánto valen sus memorias?
No. Si escribo mis memorias muero violentamente a la semana de ser publicadas.
¿Vale más por lo que calla?
No, es que no callaría.
Claro, si las escribe, lo hace con todas las consecuencias...
Es que involucraría a mucha gente y he tenido una vida muy muy agitada. Dejémoslo. Aparte, tampoco tengo un interés. Cuando me tengo que exponer mucho con vosotros y enseño el empeine, luego en mi casa, que vivo en un pueblo y soy misántropo, me da un poquito de apuro de todas las gilipolleces y verdades que he dicho. Un poco de apuro, no mucho, ¡eh!
¿No se reconoce en las entrevistas?
Sí, me reconozco, pero dentro de mí, no es que sea bipolar, pero tengo una compañía dentro con siete u ocho con vida propia. Y hay uno que me recrimina y me dice "oye, ¿qué es eso de tanta exhibición?".
Pero es que sus entrevistas son muy interesantes, da mucho juego...
No empieces a manipularme porque voy a por ti. Venga, ¡dale!
Es que son muy divertidas, cuando empieza a pinchar...
Claro, es que nadie espera que sea gracioso.
¿Le ha perjudicado no tener pelos en la lengua?
Ni siquiera me ha perjudicado no tener pelo en la cabeza. Voy por encima de eso. Si hubiera tenido muchos pelos en la lengua no habría sido yo y para un artista lo primero es conocerse a uno mismo. Es básico.
¿Se ha enamorado muchas veces?
Hombre, ¡muchas veces, no!, pero unas cuantas, sí. ¿Quieres decir si he follado muchísimo? Sí.
¿Cómo se motiva un actor con su trayectoria?
Con un texto buenísimo, una compañía que genere creatividad y confianza y una dirección de la que no te arrepientas de haber obedecido porque soy muy desobediente. No tienes que buscar motivaciones raras, sólo concentrarte.
¿Y los nervios?
No son paralizantes. Para mí, el escenario es el mundo real y el tránsito hacia él me asegura siempre que soy un grande de la escena. Sólo dura un segundo, como la felicidad, pero justo ahí digo: 'has nacido para esto'. Es ese momento y ya está.
Ya superó la edad de jubilación, pero sigue de gira con El sirviente.
Yo creo que estoy jubilado desde el año 30 del siglo pasado. Pero eso me la suda toda, me lo paso por el arco del triunfo.
¿Está buscando que le concedan la Medalla al Mérito en el Trabajo?
Una polla para ti. ¿Puedes escribir eso? Con todo el respeto, eh.
Artistas como usted ni se jubilan ni envejecen. Y eso que ha tenido una vida...
Gracias, papá, porque la genética del muñeco me la dejó él.
Está usted espectacular.
Dilo, dilo. ¡Ponlo, que sea el titular!
Se puede salir de la heroína con fuerza de voluntad y con un océano de por medio. Usted tuvo que irse a Argentina.
Claro, y con un par. Sí, en vez de irme a una clínica me fui a la Patagonia. Argentina es una nación que se ha portado muy bien conmigo. Otra gente más talentosa que yo, pero más frágil físicamente y con menos posibilidades de que le cuiden y menos poder adquisitivo, no ha podido. No es que yo me tire ahora el moco, no. La genética de puta madre, pero no soy Superman. Yo cruzo el charco y en Argentina, la gente me cuida. Alguna vez me detienen...
Sí, hubo algún escándalo por ahí.
Sí, porque si no la vida de un artista es una tontería.
Por eso sus memorias son tan atractivas.
¡Ay!, ahora hay dos cosas recurrentes y todo el mundo me pregunta por mis memorias y por Pedro [Almodóvar]. Y a los dos los mando a tomar por culo, ¡no a Pedro, pobrecito, que no tiene la culpa de nada! Yo no tengo ningún problema con él, me parece divino, ¡si hace 30 años que no lo veo! Pero si me dices ¿has visto la película? [Dolor y gloria, cuyo protagonista parece inspirado en Eusebio Poncela] No. Y las memorias no las escribo porque me matan.
¿Por qué no ve la película?
No veo la película de Peter porque no me interesa entrar... Los artistas tienen todo el derecho del mundo a simplificar, a justificar y a recordar lo que les salga de los cojones, que es lo que él ha hecho, por lo visto. Si vamos a bromear, digo ¿ves?, soy inolvidable para los demás. Y si vamos a simplificar, él está en todo el derecho de hablar de eso. Se equivocó, por lo visto, según me han contado. Discutimos porque él quería un cliché de él, que es lo que consigue con otros actores, y yo dije que no porque soy desobediente nato. Y ahora resulta que 30 años después a él le parece de puta madre. Pues muy bien. Él me parece divino, no, lo siguiente.
Pero no va a levantar el teléfono para llamarle.
No, no somos de eso ninguno de los dos. Y nos importa un huevo.
¿Perdió a muchos amigos por la droga?
Montones, los he visto desaparecer; unos, por el mariconeo y otros por los picos de Europa. La mayoría se ha ido al carajo y muy pocos han sobrevivido. Y yo porque he tenido una cosa como de autoprotección, dentro de la destrucción absoluta de la que hice gala, y eso es lo que me ha salvado. Podíamos decir más cosas, pero son más íntimas, porque hay maneras de follar y maneras de meterse las cosas.
¿Cómo es su personaje en El sirviente?
Es un vengativo.
¿Malo?
No, malo, no. Odia a la clase dominante. No está dispuesto a ser invisible y yo lo hago sin contradecir el texto, pero a lo bestia. Es un rebelde. La gente se caga de risa, pero no de comicidad, sino porque se queda estupefacta. Me sirve para vengarme porque la clase dominante le hizo mucho daño a mi padre.
¿Qué queda de aquel chico que se crio en el barrio de Vallecas?
Pues todo. Es lo que más queda. Uno de los primeros recuerdos que tengo es que me llevaron al Museo del Prado a los 3 años y recuerdo a Rubens. De los 3 a los 10 años, que es cuando estuve en Vallecas, es cuando se hace la personalidad de una persona.
Pablo Iglesias, de Podemos, también vivía en Vallecas hasta que se compró el chalé de Galapagar.
No sé. Galapagar, coleta, Podemos, ladilla, ladilla gigante, ladilla atrapadora, aburrimiento mortal.
¿Tendremos gobierno antes de Navidad como quiere Pedro Sánchez?
No lo sé, pero por una vez nos hemos puesto de acuerdo todos los españoles, fíjate que es un país raro, y todos estamos descontentos. Todos dicen, pero, ¿qué cojones pasa aquí? ¿qué es esto? Y no es ya sólo por la crisis económica, no, es que nos están tomando por gilipollas a todos. Pero los gilipollas que están ahí son un reflejo de nosotros. Tenemos que ponernos las pilas, replantearnos todo y ver qué pasa.
He leído que hace tiempo que no va a votar.
Yo no he votado nunca, jamás. A veces me han dado tentaciones; esta última, por ejemplo.
¿Estuvo a punto de ir a votar?
No, a punto es demasiado, no. Pero es que no quiero que gane la derecha porque son unos retrógrados y sólo les interesa la pasta. Y así la cultura se va a tomar por culo. Aunque la izquierda sea torpe y esté fragmentada, la prefiero. Pero va mucho con mi personalidad no haber votado en mi puta vida.
Todos los periodistas le preguntamos por Almodóvar.
Vengo de Georgia, donde soy conocido, y me han preguntado... y los mando a tomar por culo. Que Pedro se reinvente es lo suyo, es un artistazo y siempre lo ha sido. Hay momentos en los que se ha repetido a sí mismo, ¡coño!, ¿no le pasado a Woody Allen y a Igmar Bergman? Les ha pasado a todos los creadores; pero yo alcancé su mejor época.
Pero ahí están las películas Matador y la Ley del Deseo.
Es su mejor momento de creatividad absoluta; no se podía equivocar, como Bowie en los 70. Y luego ha vuelto a reinventarse.
¿Cómo recuerda esas películas?
Muy bien. Con Pedro me he reído muchísimo. Pero dos caracteres fuertes chocan y ya está. El otro día me preguntaban, y esto es otro titular que te voy a dar, "¿qué piensa de él?" Y yo les respondí: no pienso en Pedro Almodóvar. Tengo vida propia y es muy entretenida.
"La vejez no es una edad es una masacre", dijo Pedro Almodóvar.
Yo no, estoy de puta madre, me cuido un montón. Tengo que salir al escenario. Un respeto para mí y para quien viene a verme.
¿Se cuida casi como un deportista de élite?
Sí, y también voy a cantar, a hacer yoga... Habré sido yonqui durante 30 años, pero he sido un yonqui muy raro, he ido ciego perdido a la Casa de Campo a correr. ¿Te lo puedes creer? ¡Pero ciego, eh!
¿A hacer deporte con un colocón?
Sí, y estar con un colocón de muerte y ponerme con la cabeza boca abajo con un tema musical que dura 30 minutos y relajarme tanto que me quedo casi dormido. ¡Soy rarísimo!



Silvia Moreno

El Mundo

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