sábado, 15 de febrero de 2020

San Ballentine's ... por Txema Martín .



Cuesta imaginarse a un poliamoroso en San Valentín

El primer sorprendido soy yo cuando descubro que tengo gente muy cercana dispuesta a darlo todo para celebrar San Valentín. Están por todas partes porque el amor tiende a contagiarse como un virus o una droga y el adicto o el enfermo, cuando no lo tiene, está deseándolo. No contenta con celebrar los Carnavales de Málaga, que por lo visto existen, la gente también se apunta a San Valentín como si fuera el último Día de los Enamorados de sus vidas. En realidad, esto es algo que nos debe parecer muy bien. Siempre es mejor celebrar las cosas que arrepentirse, divertirse que pasar la vida en la amargura y en el desconsuelo. Por eso mismo, los fiesteros resultan tan convincentes, caemos en sus redes y llegamos a un punto en el que decidimos, este año sí, celebrar San Valentín y hacerlo si es posible con toda la emoción del mundo.

Alguien señaló: «Pues yo creo que San Valentín es un invento de El Corte Inglés». En fin, se supone que ellos también inventaron que el cliente siempre tiene la razón, y así han hecho felices a mucha gente. Poner de repente a los centros comerciales o a El Pimpi como inventores de la Navidad o de la Semana Santa respectivamente me parece un disparate, o algo peor: un perfecto cortarrollos. Ante la duda, lo más recomendable siempre es dejarse llevar. Lo mejor que puede hacerse en el caso de tener la más mínima posibilidad es abalanzarse sobre cualquier invento que sea novedoso e irse por ahí a pasar un fin de semana de amor. Por ejemplo.


Ojo, que también se puede celebrar San Ballentine's, que es San Valentín para solteros que buscan la exaltación de la amistad, para whiskeros en general y para los poliamorosos. Que, por cierto, hoy que es San Valentín, qué pesados se están poniendo últimamente con el poliamor, qué hartazgo produce coleccionar rollos suficientes como para rellenar un árbol genealógico y hablar de ellos como trofeos. Cuesta imaginarse a un poliamoroso en San Valentín. Hay líos muy tremendos, y la mayoría acaba acumulando en distintos niveles el amor romántico del que dicen huir, pero que en realidad están reproduciendo. Lo explica muy bien Brigitte Vasallo en 'Pensamiento monógamo, terror poliamoroso'. Una de sus propuestas es tejer una 'red de afectos' en la que no tendría que estar implicado el sexo, pero sí la confianza y la lealtad. Ahí es donde entraría el momento 'Balantain cola', un combinado que, por otro lado, también puede uno degustar con su pareja, con cualquiera de ellas. Así que vamos a hacerlo. Vamos a celebrar San Valentín o lo que sea, convencidos de que si hay algo que deba movernos de nuestro sitio es el amor por los demás.

Txema Martín .

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