Alex “El Zurdo” está a punto de sacar nuevo disco: “Acto de fe”. Dice que se llama así porque tenía que llamarse así, porque hacer un disco en esta época es subir el Everest y llorar, y pegarte tres años de insomnio y viajes a Madrid, y convencer a mucha gente, y esperar, y mucho trabajo, y estar más solo que la una, “excepto mi madre y tres locos”, dice.
Llegar a la otra orilla no es fácil, nunca lo ha sido, y sí, es un acto de fe. Eso es porque “la fe es una certeza que nunca se ve, como el traje del Emperador”, me dice y se ríe como sólo se ríe él.
Le doy la razón y recuerdo lo que escribió Tolstoi de que “no se puede vivir sin fe, porque la fe es la fuerza de la vida”.
Vamos, que si el hombre vive es porque cree en algo, porque hay fe sino no hay vida, no hay nada.
El Zurdo ha creído en su nuevo disco.
Alex suena a revival y a vinilo, suena a lo suyo, a ese casticismo malaguita y a Miraflores 110, cambiando una Mahou por unas Rosas; suena a portada de lux, imperfecto y extraordinario, desnudo, visceral, poético, libre, suena maduro sin perder la frescura de la bendita juventud, y directo como un disparo certero. Alex suena sólo a él y eso no es fácil. Tiene estilo, su propio estilo.
Le veo por la mirilla de Youtube, trabajando en su nuevo disco, junto a Candy Caramelo y Ariel Rot, y me da una feroz envidia -el lobo revisando las fotos de Caperucita Roja-, y a la vez, lo celebro, y veo que, de alguna manera, mis sueños de rock n´roll se cumplen en él, y brindo por los sueños cumplidos.
Viene a la radio y nos pegamos una hora de charla fácil. Hablamos de su música, de la música, me dice que está cansado pero le noto alegre. Va a presentar el disco en La Cochera Cabaret y se ha juntado con lo mejor de cada casa: Coki, batería de M-Clan y Amaral, Oliver Sierra, bajista de Chambao, Manuel Moles, su escudero y mano derecha… Promete sorpresas.
Su último disco son una pechá de canciones que merecen trascender, una producción cuidada, sin alargarse en exceso, y unas letras certeras y afinadas como cuando dice que “el peor vicio es ser adicto al todo vale”, y buenas melodías. Un triunfo del rock sin ambages, a la antigua usanza, con oficio, con la guitarra sofisticada de El Twanguero, la rabia de Candy y el sutil señorío de Ariel Rot. Todo al servicio de mi querida rock n´roll star, derramado como una copa de vino sobre un suelo de mármol.
El Zurdo habla como vive, como un torrente irrefrenable, mezcla de sabiduría popular y de libros de Bolaño. Dice que ha vuelto a leer a Ray Loriga y ver la peli de Martín Hache, que ahora viste y se peina mejor porque su chica le cuida, y se le siente más efervescente y expansivo que nunca si es que eso es posible.
Alex está en la ola.
A Alex le conocí en la tele, cuando hacíamos el 101 Living Room, y luego colaboramos juntos en su secuela. Venía a la tele y nos hablaba de rock y todo el mundo le escuchaba y nos divertíamos mucho. Esta semana lo escribía en mi muro de Facebook: “…le guardo un profundo respeto y una gran admiración, y me río mucho con él, y siempre nos gusta hablar de música, e intento frenar su incontinencia vital y no puedo…”
Alex “El Zurdo” acaba de sacar su nuevo disco y sólo os puedo recomendar que lo escuchéis porque es un músico artesano, porque ama lo que hace, demostrando que con pasión nada es imposible, y porque es uno de los mejores tipos que he encontrado en este camino de fe que es la vida.
Brindo por él y por sus actos…., de fe, claro.
Roberto López
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