La Casa sin Ventanas ... Por Manuel Alcantara

LA CASA SIN VENTANAS

Hace faIta saber mucho de política y muy poco de la naturaleza humana, pero entre todos hemos logrado que no se encienda nadie. La casa está por barrer, pero hemos decidido tirarla por la ventana, con evidente riesgo de que le caiga en la cabeza a alguien que pasa por allí. Su Majestad el Rey ha adquirido en muy poco tiempo una idea clara del confuso país que le ha tocado en dudosa suerte. Lástima que para arbitrar la convivencia no pueda sacar tarjetas amarillas, pero peor aún es que no pueda sacar tarjetas rojas y echar del campo de juego a los que quieren ganar “como sean”: sin respetar el reglamento.
Gran paciencia la del joven monarca, que al ver imposible un pacto se limita a pedir una campaña austera. No gasten ustedes más de lo que no tenemos, ha venido a decirles a los malavenidos cretinos que legítimamente nos gobiernan. Al vislumbrar la imposibilidad de un pacto, se limita a pedir una campaña austera. No gastéis más de lo que no tenemos, vuelvo a rogar a los que están dispuestos a entrar en campaña sin saber cómo van a salir de ella.

Una vez más se comprueba que la democracia, que es mejor que todos los demás sistemas ideados hasta la fecha, que por cierto es miércoles, veintisiete de abril, es buena y bonita, pero no es barata. La recomendación real a los partidos políticos es que no gasten en propaganda y, sobre todo, que no cansen a los ciudadanos. Han conseguido aburrirnos sin necesidad de que escucháramos sus discursos, que hasta ahora era el método más usado. El Gobierno, sea el que sea, tendrá que recortar 4.000 millones de euros este mismo año. Los números cantan el gorigori nacional, palabra que alude a los cantos fúnebres de los entierros. No tiremos la casa vacía por la ventana. Puede que los trastos viejos nos sigan sirviendo mientras no tengamos dinero para sustituir los viejos enseres, ni el apolillado mobiliario.

Manuel Alcantara

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