Las personas sirios o afganos. ¿Qué diferencia hay?
Observemos la foto: Una familia, desterrada de un país y de un tiempo, cruza las concertinas barbadas por el hueco que otros abrieron intentando no ser descubierta por la policía de fronteras húngara.
La mayor de las hermanas protege con su cuerpo a la más pequeña mientras otea el horizonte. En su rostro, el propósito implacable -irrenunciable- de avanzar; en su mirada, el instinto, la rabia, la certeza, de quien sabe que se lo juega todo a una carta. Apenas diez años pero con la confianza del grupo para hacer de guía en esta tierra inhóspita y desconocida.
El semblante angustiado de la niña del anorak rojo lo dice todo: Miedo, llanto e incomprensión -¿qué hacemos aquí?- y una experiencia imborrable para el resto de su vida.
La madre, agazapada, casi invisible, repta por el lugar más próximo a las púas. Y el padre guardando las espaldas, manta lista para cubrir a sus hijas y un gesto extremo de desazón que roza el sollozo, la súplica y posiblemente la desesperación.
Dicen que el Futuro es un lugar para vivir. Ése, es su sueño.
Manuel Mata
No hay comentarios:
Publicar un comentario