Desde siempre me he llevado mejor con los representantes del género opuesto que con las que tenemos las dos cromosomas X. Por si alguien no me entiende, hombres y mujeres nos diferenciamos por ese par de cromosomas que en primera instancia define el género, porque en última puede resultar que un XY se siente fémina y viceversa.
La diferencia básica entre nosotros ya se sabe desde la primera infancia al detectar que lo que tiene un XY yo no lo tengo!!! A modo de reivindicación yo de chica me ponía a mear de pie para demostrar que yo también puedo hacer eso, aunque no tenga eso.
Pero vamos, esto no es lo peor que le ha podido acaecer a los pobres XY que hoy en día pueden ser fácilmente sustituidos por una amplia gama de accesorios eróticos acompañados de contenidos televisivos X, además de los bancos de esperma. Si a eso le agregamos la igualdad de género y de oportunidades laborales, lo aderezamos con la emancipación de las féminas en todos los ámbitos de la vida, no me queda más remedio, chicos, que compadeceros.
En ocasiones me toca ejercer de psicoterapeuta para mis amigos que me cuentan sus penas y yo aprovecho para alucinar en colores con el panorama actual. Yo, que desde hace un tiempo estoy de baja de "circulación" de manera consciente y voluntaria, debo confesar que de ser hombre, estaría acojonada, desmoralizada y con problemas de índole diversa, entre "Peter Panismo" y depresión, entre otros.
Adán, que en los tiempos antediluvianos tenía suficiente con exudar por la frente, traer a casa el pan nuestro de cada día y cumplir la tarea impuesta por la instancia superior de reproducirse, hoy lo tendría crudo. Además de exudar en busca del pan, tendría que exudar en el gimnasio porque tener una nómina al final del mes no sirve si no tienes abdominales perfilados, cerebro entrenado y gracia gaditana. Y es que hoy las mujeres queremos pasarlo BIEN. Antaño, a las muchachas casaderas se las preparaba para "colocarlas" , exponiéndolas cual mercancía para que un buen partido las escogiese. Pues nada, chicos, ahora ser un buen partido es una tarea de Goliat, porque ni siquiera reuniendo la nómina y los abdominales, entre otros requisitos cuya lista va alargándose, será suficiente. Y es que las mujeres ya podemos ganarnos nuestro propio pan! Ahora tenéis que ser hombres de éxito: divertidos, positivos, empáticos, sentimentales, satisfacernos en la cama para no ser sustituidos por un vibrador, compartir las tareas de la casa, callarse la boca y si no, ya sabéis donde está la puerta. Ya ni siquiera se os otorga el derecho al pataleo. Entra una fémina de esas modernas en la discoteca y dice: "Uff, cuánta carne fresca!". Y la carne se pone a guiñar un ojo, el otro ojo… y ya no sabe qué más hacer, porque los ojazos de pestañas XL que han escaneado los alrededores han vuelto a su grupo de amigas y lo están pasando pipa! Y tú ahí, con tu camisa de cocodrilo verde sintiéndote en la periferia del mundo, con la esperanza perdida de poder conquistar a nadie, porque ellas te eligen antes de que te des cuenta, o no te eligen, entonces no te comes una mierda.
Ahora queremos que nos sorprendan, sí… El sexo se ha vuelto fácil, los valores brillan por su ausencia, los roles se han igualado. El cazador está en peligro de ser cazado y exterminado.
Habéis llegado hasta aquí? Felicidades: os traigo la buena nueva. En el fondo, todo es mentira. En el fondo, queremos sentirnos frágiles y protegidas, queremos que nos lleven en brazos a las nubes y que no nos dejen nunca. En el fondo, todos queremos un amor que nos dure para siempre.
Hoy en día es la tarea más difícil siendo hombre. O mujer.
Tatiana Minina
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