lunes, 1 de agosto de 2016

Hablemos claro del primer Festival de Cine Iberoamericano de Málaga... por Carlos Taillefer,

El 20 de abril de 2016, en el diario, La Opinión de Málaga me permitieron publicar un extenso artículo en el que manifestaba mi opinión sobre el enorme error que la dirección del actual Festival de Málaga, Cine Español va a cometer al cambiar el sentido y la continuidad de lo que ha sido su marca original y sello significativo, desde sus inicios, hace 20 años: el carácter de nuestro certamen que viene definido por el Cine Español va a pasar a ser el “CINE –EN- ESPAÑOL”. Este cambio esencial me lleva a las siguientes reflexiones:


1)Todo este afán por cambiar el nombre solo esconde el intento de justificar lo que realmente va a ser el Festival de Málaga a partir de su próxima edición: Un FESTIVAL DE CINE IBEROAMERICANO; y así engañar, no llamando a las cosas por su nombre.

2) Me parece una falta de delicadeza hacia otras cinematografías INSISTIR en llamarlo EN ESPAÑOL, cuando se pretende incluir películas de Portugal y Brasil y, salvo que alguien me demuestre lo contrario, en esos países se rueda en lengua portuguesa; en consecuencia, debería pasar a llamarse Festival de Cine EN ESPAÑOL Y PORTUGUES. El término IBEROAMERICANO incluye ambos conceptos, pero no se adopta porque no se atreven a reconocerlo, y así encubrir el cambio que pretenden dar al festival.

3) En ninguno de los prestigiosos festivales de cine con trayectoria reconocida y sede en ciudades de España: San Sebastián, Valladolid, Sevilla, Sitges, Gijón; sus directores, además de “dirigir“, “gestionar” y “dotar de personalidad” al festival de cine de su ciudad, se ocupan además de “dirigir”, “gestionar” y “dotar de personalidad” al Teatro Municipal de su misma ciudad. Solo en Málaga ocurre esto.
Esta aberración, resultado de una decisión política, viene a demostrar que para los políticos que propusieron a Juan Antonio Vigar para ese doble puesto, combinar ambas funciones, lo entienden como -Gestión Cultural-, concepto tan de moda en estos momentos; como si un festival de Cine no precisase de una dedicación exclusiva, como ocurre en todos los festivales mencionados. Sin embargo, Vigar aceptó estas dos funciones. Supongo que el día lo dedicará al teatro Cervantes y la noche al Festival de Cine. Lo que no sé es cuando dormirá.


Me resulta, cuanto menos, paradójico, esto de que el Festival de Málaga -“desarrollará líneas de colaboración con el festival de Huelva” -Y “con carácter inclusivo, ya que, al sumar, avanzamos”

Claro que, en el otro extremo, en el que los políticos entienden la forma que requiere – dirigir un Festival- estaría el caso de la Cineteca Matadero de Madrid (+Documenta), donde su director vive 5 días de la semana en Sanlúcar de Barrameda y trabaja los otros 2 días en Madrid.
Ni una ni otra forma de entender la dedicación a un Festival corresponde a los cánones establecidos de forma habitual en los Festivales considerados importantes; por lo tanto el sesgo es evidente.

4) Me resulta, cuanto menos, paradójico, esto de que el Festival de Málaga -“desarrollará líneas de colaboración con el festival de Huelva” -Y “con carácter inclusivo, ya que, al sumar, avanzamos” – Y que “ya hemos mantenido contactos fructíferos con el festival de cine Iberoamericano de Huelva“
– Así como que “se hará una declaración conjunta de la complementariedad y positiva relación entre ambos festivales”

Esto sí que es original, siempre –Málaga Original-; vamos a ver, la prioridad de cualquier director a la “caza” de una película que seleccionar es: su “descubrimiento” primero, y su “exclusividad” después, y no compartirla con nadie: pues eso es lo que hace que un festival sea de primera categoría.
Ahora resulta que Málaga y Huelva son “complementarios”… Por favor que no me tomen el pelo, ni a mí ni a los malagueños.

Puestos a dar ideas, propongo que un año se celebre el festival en Huelva y al siguiente en Málaga. Y que no me cuenten que Huelva se celebra en noviembre, Málaga en marzo y por eso se complementan, porque no es cierto.
Así, la Junta de Andalucía, que ha contribuido con su desidia a la paulatina pérdida de peso específico y prestigio del festival Huelva y su ausencia de colaboración en el de Málaga, podrá dar una única ayuda conjunta a los dos festivales, “Que se complementan”, y encima se celebran en dos ciudades hermanas de nuestra Comunidad Autónoma.

Cualquier festival que se precie busca la más absoluta de las exclusividades, hasta el punto de que en los pasillos del mercado de Cannes, la broma habitual entre los directores de festivales es preguntar: ¿Cuántas películas me has quitado para el mío?


Y que no me cuenten que San Sebastián es en septiembre y Málaga en Marzo: No tiene nada que ver. Es la forma de entender y hacer “respetar” la selección de un festival.

¿Por qué no se busca esa complementariedad de nuestro certamen en el Festival de San Sebastián, que es el que le quita cada año más películas españolas a Málaga?
Y que no me cuenten que San Sebastián es en septiembre y Málaga en Marzo: No tiene nada que ver. Es la forma de entender y hacer “respetar” la selección de un festival. Ya hablé de todo esto, ampliamente, en mi anterior artículo. En su última edición, San Sebastián pasó 9 películas españolas en su sección a concurso. En rigor, todas estas circunstancias se corresponden con una enorme crisis de los festivales de cine en España. Crisis de crecimiento. No sólo Málaga ha perdido “el norte”. San Sebastián y Valladolid también han perdido su “norte”, aunque esto sería objeto de otro largo artículo complementario a éste.

Todas estas intenciones de “cambios” en realidad obedecen a un no saber crecer en lo ESPAÑOL, pues el festival de “Málaga”, lamentablemente, no supone la cita anual de TODA la industria, que necesita, sí o sí, un festival de Cine Español. Sólo espero que esta situación no nos lleve a lo que ocurrió con Salomón Castiel (primer director de nuestro festival) cuando dejó Málaga porque lo llamó la alcaldesa Rita Barberá para dirigir la “Mostra de Valencia – Cinema del Mediterrani” con más de 30 ediciones. Lo dirigió un año; propuso que, eso de “Mediterrani” estaba ya caduco, no funcionaba, y había que convertirlo en Festival de Cine de “Aventuras”. Así, al siguiente, se celebra el primer festival de cine de Aventuras. Al tercer año desaparecieron los dos: el del “Mediterrani” y el de Aventuras.

Ya se habla de dos grandes ciudades, similares en habitantes y economía a Málaga, al parecer, interesadas en coger la antorcha de un Festival de Cine Español, absolutamente “necesario“, en resumen, dispuestas a RELEVAR al de Málaga, que desaparece. Espero que, al menos, si esto ocurre, Juan Antonio Vigar tenga la dignidad de dimitir como director del nuevo festival transformado en cine IBEROAMERICANO de Málaga, por hacerle perder a esta ciudad y a sus ciudadanos una pequeña joya, que aunque necesitada de una imprescindible y enorme reforma, nos quita del disfrute a todos los que participamos de una u otra forma en él.


Feliz primera edición del nuevo Festival de Cine IBEROAMERICANO de Málaga. ¡Que vivan los festivales de Cine!

Carlos Taillefer,

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