La calle Larios está a punto de despedir a uno de sus comercios con más historia. Calzados Antonio Parriego, uno de los pocos negocios familiares que quedan en la principal vía comercial de la ciudad, cerrará sus puertas antes de que acabe el mes de octubre a consecuencia del fin de los contratos de renta antigua. Tras más de 38 años en la calle Larios, la afamada tienda de zapatos ha comenzado a liquidar toda la mercancía antes de trasladarse a un nuevo emplazamiento en la calle Molina Lario.
La empresa de calzados llevaba desde hace dos años litigando con los propietarios del local, que trataban de disponer de él tras el fin de los alquileres de renta antigua. Tras el definitivo revés judicial, la empresa se trasladará a un local ubicado en la esquina de las calles Molina Lario y Bolsa, que casualmente fue donde comenzó a andar la empresa el 3 de mayo de 1963.
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Parriego lamenta no poder abrir la tienda a la misma vez que cierra la otra, pero recuerda que la empresa se ha visto sometida a un doble proceso judicial:por un lado, el de la renta antigua del local de la calle Larios; y por otro, por un enfrentamiento sobre la propiedad del local de la calle Molina Lario y que les ha costado 14 años recuperar. «El juez nos ha dado la razón hace apenas unos meses, por lo que no hemos podido habilitarlo antes», confiesa.
Cuatro tiendas
Calzados Antonio Parriego abrió su primer negocio en la
capital el 3 de mayo de 1963 y llegó a tener hasta cuatro tiendas. El
padre del actual propietario abrió en Málaga tras estrenar tiendas en
Madrid y Zaragoza. Tras esta apertura, en octubre de 1971 abrió otro
negocio en la calle Sancha de Lara y, el 15 de diciembre de 1978 hizo lo
propio en el actual emplazamiento de la calle Larios, 2. Además,
durante un breve periodo de tiempo también tuvieron otro negocio en el
centro comercial Málaga Plaza.Recuerda que la primera tienda tuvieron que cerrarla porque el edificio se quedó en ruina y requirió una reforma estructural. En ese momento decidieron venderlo a la cadena hotelera que lo ocupa en la actualidad salvo el local que ahora van a recuperar.
La salida de Parriego de la calle Larios deja un nuevo vacío en la calle, que en la actualidad cuenta con varios locales disponibles. El cierre de este espacio, hasta ahora considerada la esquina de oro de la calle, se une a los recientes cierres de los tres negocios que regentaba la familia Bech (Pinsapo, Pinsapo Shoes y Scarpe); de Violeta, la marca de tallas grandes de la firma Mango, y la joyería Diamond Creations.
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