domingo, 27 de noviembre de 2016

Reescribir ... por David Trueba

Es normal que hoy el timo de la estampita sea digital y la tonta del bote esté formateada en 3D
Si hoy es martes, toca seguro sortear más de un engaño. Cuando el otro día supimos que el exministro José Borrell había perdido el rastro de 150.000 euros que había invertido en un chiringuito financiero por Internet, nos preguntamos ¿qué más tiene que pasar? La supuesta reescritura del capitalismo que nos vendió un líder tan turbio como Sarkozy nunca llegó. Y el resultado ha sido una enorme frustración. Al final de ese sendero tan peligroso, la imagen de un antiguo secretario de Estado de Hacienda, lince financiero, timado de manera tosca, nos regala una estampa lamentable. Una estampa que, por cierto, no puede dejar de remitir a los afectados por las preferentes, ese nutrido grupo de personas que aún pugnan por recuperar sus ahorros del agujero negro que se confabularon para fabricar ciertos águilas bancarios y sus cómplices políticos. Cuando se los ve a la puerta de ciertos juzgados y de sedes políticas asombra el olvido y la indiferencia con que se los castiga.



Es normal que hoy el timo de la estampita sea digital y la tonta del bote esté formateada en 3D. Ya hemos sabido que Facebook ha funcionado en las elecciones norteamericanas como un altavoz maravilloso de mentiras y bulos, esas mentiras que ahora circulan urbi et orbi y que antes se segregaban, como mucho, desde la tasca de barrio. Quien no quiso entender que los delitos en la Red habían de tratarse como esos mismos delitos cuando se cometían en el mundo de carne y hueso, provocó el fallo orgánico en el que tratamos de sobrevivir ahora. En un país con millones de parados ver el dinero meneándose entre chiringuitos, juegos financieros y apuestas bolsísticas, es ver la renuncia a crear empleos, a capitalizar el ingenio, el talento, la preparación de los más jóvenes y el músculo industrial. Proseguir en la economía de casino no hace ningún favor a nuestro futuro más cercano.




Nadie ha reescrito nada, ni normas ni reglas ni controles. No ya del capitalismo, si es que ni tan siquiera han reescrito la letra pequeña de los contratos del gas, de la luz, del agua o de la telefonía. Una exprimidora bestial de los recursos de los más pobres. Mientras tanto, el Gobierno se financia con el IVA y las tasas, que afectan de manera idéntica a ricos y desfavorecidos, en lugar de idear sistemas proporcionales menos dañinos para la igualdad, la gran perjudicada de todo este mejunje. No solo los expertos son timados en la feria financiera desmadejada y absurda, también, y esto es lo grave, países enteros están siendo desfalcados y degradados con ese juguete.


David Trueba

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