Aquí está ya enero, con sus compras al inicio, la tarjeta echando humo, y su cuesta después. Mes raro, ciclotímico, con un arranque festivo y pródigo y una segunda parte, que ocupa más de la mitad, en la que lo que toca es disfrutar de los placeres sencillos y mirar por los ahorros en el caso improbable de que los haya. Pero enero, más allá de su extraña dinámica, también tiene sus cosas positivas, en especial diría yo que para los cinéfilos, que ahora entramos en temporada alta de estrenos, un periodo que arranca con el cambio de año y que se extiende hasta la entrega de los Goya y de los Oscar. Martin Scorsese, viejo maestro pero que anda en plena forma, será el primero en abrir el fuego el próximo fin de semana con Silencio, un filme histórico ambientado en el Japón del XVII y protagonizado por dos jesuitas que tratan de buscar a un compañero desaparecido. Buena pinta no, pintaza.
Y detrás de él vendrá la apoteosis, ya que este año se anuncia intenso, muy intenso. Tan sólo en enero, y más allá de Scorsese, se prevé el regreso a las salas de Night Shyamalan con Múltiple; de Sean Penn con el drama Diré tu nombre, que protagoniza Bardem; de Ben Afflek con su filme negro Vivir de noche; de Ang Lee con la bélica Billy Lynn o de Jeff Nichols con Loving, el drama que narra el martirio padecido por un matrimonio interracial de Estados Unidos a partir de los 50 y durante dos décadas. Empezará así, por todo lo alto, un año de cine que, más adelante, significará también la llegada del octavo capítulo de Star Wars; el estreno del filme sobre la evacuación de Dunkerke de Cristopher Nolan o la secuela de Blade Runner, que ha filmado el canadiense Denis Villeneuve, el de Sicario, Incendies y Prisoners, y que será polémica del año salga bien o salga mal. Películas, en fin, muchas películas en las que se echa en falta algún estreno español de relumbrón y por las que también veremos a Spiderman, a la Momia, a Alien o al pirata Jack Sparrow en una nueva aventura. O sea, que aunque sólo sea por ir al cine, bienvenido queda este 2017 que ya tenemos entre manos. Y nada mejor para un nuevo año que renovar viejas pasiones, cinéfilas en este caso. Nos vemos en las salas, pues quizá no exista mejor refugio contra la sangría del mundo y contra su gris mediocridad.
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