La pérdida de Paloma Chamorro lleva a Xavier Valiño a bucear en la Red para localizar los diez mejores programas de “La edad de oro”, emitido entre 1983 y 1985 en TVE.
Selección y texto: XAVIER VALIÑO.
Es difícil imaginar, para quien no lo vivió en su momento, el shock que supuso un programa musical como “La edad de oro” emitido los martes por la noche en el segundo canal de TVE entre 1983 y 1985. Paloma Chamorro condujo, en medio del caos, este programa (además de otros como “Trazos”, “La realidad invertida” o “Imágenes”) que, además de distintos contenidos culturales, emitió entrevistas y conciertos durante 56 entregas.
Entre otros, el programa contó con The Smiths, Radio Futura, Echo and the Bunnymen, Golpes Bajos, Lou Reed (el concierto favorito de Chamorro), Gabinete Caligari, Nick Cave, Aviador Dro, The Psychedelic Furs, Derribos Arias, Spandau Ballet, Parálisis Permanente, The Sound, Siniestro Total, The Dream Syndicate, Alaska y Dinarama, Violent Femmes, Siouxsie and the Banshees, La Mode, The Lords of the New Church, Loquillo y los Trogloditas, Johnny Thunders, Los Nikis, The Gun Club, Almodóvar y McNamara, The Residents, Killing Joke, Los Rebeldes, Simple Minds, Tuxedomoon, Spear of Destiny, John Foxx, Bauhaus The Durutti Column, Gruppo Sportivo, Rubí, Tom Verlaine, Elliott Murphy, Negros S.A., Alan Vega, Aztec Camera, China Crisis, Los Coyotes, Cabaret Voltaire, Danza Invisible, Marc Almond, Psychic TV, Alphaville, Divine, The Durruti Column, La Fura dels Baus, Mary Wilson, John Cale, Bernardo Bonezzi, Paul Collins Beat o Culture Club (además de The Stranglers, Franco Battiato y Win Mertens en su continuación, “La estación de Perpiñán”).
Todo ello en riguroso directo, con los fallos correspondientes y unos técnicos novatos en estas labores, sin dinero para producción, una barra de bar que funcionaba mientras se emitía el programa, invitados que bebían, fumaban, perseguían el trinomio de sexo, drogas y rock and roll y que aparecían tirados por los cojines del plató, representando a todas las tribus que se movían en la noche de las ciudades españolas de principios de los 80…
Criticada incluso en su momento, con el tiempo la aureola del programa ha cobrado dimensiones míticas. Razones hay muchas, entre ellas todas esas bandas y solistas que el programa logró traer a una España que aún buscaba su hueco en las giras internacionales. Aquí traemos diez de los momentos inolvidables de aquellos dos años sorprendentes e irrepetibles.
Conviene ponerse en antecedentes: estamos en 1983, recién salidos de una intentona de golpe de Estado, y en televisión se estrena un programa en el que, antes de que hubiesen transcurrido diez minutos, y entre otras lindezas, el grupo Kaka de Luxe (reunidos para la ocasión cinco años después de su disolución) interpretan canciones como ‘La tentación’, en el que el cantante cuenta la historia de un chulo que azotaba a una chica (¿o era un chico?) por guarra y luego tenía que ir a confesarse a la iglesia por pervertida.
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En sus primeros tiempos, antes de ser aclamado por todos los cinéfilos y festivales, Pedro Almodóvar grabó discos en compañía de McNamara, siendo consciente de sus limitaciones como cantante. En su entrevista en el programa, maquillados y sobrados, afirman que su droga favorita es el “angel dust” y que hay quien dice “que somos chicos y que estamos locas”.
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Además de meterse con la Iglesia en ‘Holy War’, Stiv Bators, cantante de The Lords of the New Church (sí, Los Señores de la Nueva Iglesia) acabó bajándose los pantalones (vean el minuto 3:30” del vídeo) y dando, en la correspondiente entrevista, el nombre de su hotel y el número de la habitación para que las “señoritas” españolas pudiesen ir a disfrutar de sus encantos y atenciones.
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El 28 de junio, Germán Coppini se había presentado en La edad de oro junto a su nueva banda, Golpes Bajos. Lejos quedaba el sonido y el desmadre de los Siniestro Total del primer disco. No obstante, cuatro meses después sus antiguos compañeros comparecían en formato trío confirmando que no todo lo reseñable de la música en España en aquel momento tenía lugar en Madrid. Y, sí, lo de Julián Hernández asegurando que sus textos “ordinarios” continuaban una tradición que había empezado con el Arcipreste de Hita merece un honor entre los mejores momentos del programa.
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Entre tantas entrevistas desquiciadas, alocadas y surrealistas, la protagonizada por Derribos Arias se lleva la palma. Almodóvar lo definió perfectamente: “Nunca estás seguro de que van a salir a tocar, a qué hora y, sobre todo, nunca puedes creer que Poch, con todo el alcohol, todos los pepinillos en vinagre y todas las anfetas que se ha tomado, sea capaz de articular una canción y, sin embargo, milagrosamente lo consigue”.
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¿Un Padre Nuestro en latín cantado a ritmo de rock electrónico y en donde se habla de un “Pate Pateco no nacido”? Solo los versados en la obra de John Foxx sabían de su canción ‘Pater Noster’ (ver a partir del minuto 12) y no les sorprendió. El resto, si no estuvieron muy atentos a los subtítulos que pasaron a toda velocidad (en menos de 20 segundos), tampoco. Por suerte, no hubo ningún abogado fácilmente escandalizable escudriñándolo todo, como sí pasaría unos meses después.
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En los ojos de Steve Wynn se puede ver que había bebido (¿únicamente?) algo más de lo normal, pero ello no fue óbice para que The Dream Syndicate, con Wynn y Karl Precoda en las guitarras, diesen uno de los conciertos más rabiosos y eléctricos de su historia. Y las presentaciones en español entre canción y canción de Wynn no tienen desperdicio.
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Sin duda, el programa más polémico de todos los que emitió “La edad de oro”. Derek Jarman preparó un vídeo para acompañar la actuación de Psychic TV con imágenes de un supuesto accidente de tráfico, fragmentos del entierro de Franco, la manifestación por la autonomía catalana, fotogramas delirantes de nazarenos, un Jaume I zombie y un Cristo con cabeza de cerdo en un marco satánico que solo se vio un segundo, pero que llevó a un abogado a querellarse contra los responsables del programa y, como consecuencia, que el programa dejase de emitirse poco después. Además, el líder de la banda, Genesis P-Orridge, se dedicó en la entrevista a tocar el paquete de uno de los locutores de Radio 3, José Miguel López. Por si no fuese suficiente, Jordi Valls preparó una performance titulada “Música para los asesinos” con su alter ego, Vagina Dentata Organ, en la que tocaba un piano eléctrico que emitía ruidos de perro en un escenario con 16 pastores alemanes, mientras rajaba los cuadros del pintor Assís Casademont que, al esconder bolsas de sangre, acababan ensangrentados.
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Oriol Llopis relató en su libro “La magnitud del desastre” cómo Johnny Thunders hizo su concierto en La edad de oro bien puesto de heroína, lo cual confirma lo que todos sospechábamos. Probablemente no fue el único, pero sí el más evidente en 60 años de televisión en España.
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Insercción desactivada : https://www.youtube.com/watch?v=SkNQZotRc5g&feature=youtu.be
Ambos comparten el honor de ser los dos últimos conciertos del programa. El primero, en estudio, una actuación que dejó huella en muchos espectadores y que, dada su duración, se tuvo que interrumpir para dar paso al Telediario de la madrugada, continuando después. La segunda, en un concierto fuera de los platós de TVE, en concreto en el Paseo de Camoens de Madrid, un concierto gratuito al que asistieron más de 300.000 personas (el concierto con más público de toda la trayectoria de The Smiths). Paloma Chamorro no pudo evitar mostrar su nerviosismo al entrevistar a Morrissey y Johnny Marr, y no porque fuesen The Smiths, sino porque estaba enamorada de Marr, según afirmó posteriormente.
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Parálisis Permanente habían grabado el 3 de mayo el programa piloto de “La edad de oro”, con la intención de volver a participar más adelante en el mismo. Menos de dos semanas después, el día 14, su líder Eduardo Benavente fallecía en un accidente de tráfico. Cuando tres días después se emitió la primera entrega del programa, Paloma Chamorro decidió recuperar en homenaje aquella actuación que, en principio, no iba a haber visto la luz.
31 enero 2017
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