miércoles, 18 de enero de 2017

La Croqueta ... por Txema Martin

Una histórica conjunción planetaria como aquella que unió a Obama con Zapatero en el mismo momento y en el mismo lugar será la responsable de que ayer coincidieran en el tiempo dos días relevantes para toda la humanidad: el día más triste del año, 'blue monday', y el día internacional de la croqueta. Todo en uno. Vayamos por partes.
Hace unos años, un psicólogo tentado por una oferta que no pudo rechazar tuvo el encargo de averiguar cuál era el día más triste del año. Se inventó una fórmula delirante con el que echó por tierra parte de su prestigio pero se dio a conocer internacionalmente, cosas que a veces van ligadas, y 'blue monday' dejó de ser para siempre sólo una canción de New Order.
Dicha fórmula, escrita en dos tardes, tiene en cuenta factores tan melosos como las deudas, el clima, la cuesta de enero o la inagotable frustración de haber incumplido todos los propósitos de año nuevo. Efectivamente ayer, un lunes mortal, fue el día en el que todos volvimos a fumar, y nuestra flamante 'dieta detox' volvió a transformarse en la 'dieta tox' de siempre. Ayer empezamos a dejar de ir al gimnasio pero no de pagarlo, fomentando la teoría popular que dice que esos lugares tortuosos viven de la gente que paga pero que no va. Con los supuestos descriptores de la realidad se produce además un fenómeno curioso: la intentona de definición científica del día más triste del año suscita que ese día ya resulte mustio de por sí. Dicho de otro modo, la mera definición de la tristeza ya supone un motivo para la tragedia.
Sin embargo, la comunidad internacional tenía un suculento y casual 'as' bajo la manga: el día mundial de la croqueta. Todos conocemos a personas que encuentran en el vertiginoso mundo de la croqueta el elemento ideal para regular sus estados de ánimo. La croqueta tiene ese matiz maravilloso de comidas que se inventaron para los reyes y luego se popularizaron tanto que perdieron la categoría de élite, como el sándwich mixto, al que por cierto ya casi nadie reivindica. Para eso tiene la croqueta su día internacional, para mitigar las tristezas más ansiosas a golpe de crujientes de bechamel.
Ahora sucede que entre los 'blue monday', los 'black friday', el 'Halloween', el entierro del boquerón, el Domingo de Ramos, el crucero más grande o lo de San Ciriaco cada vez cuesta más encontrar en el calendario un día que pueda ser considerado normal. Cansados de que siempre pase algo, hay ganas de vivir nuestro día 'back to normal' pero no será esta semana, porque volveremos a ver a políticos y otros especialistas en turismo haciendo la croqueta por los pasillos de Fitur. Encima será la semana más fría en mucho tiempo gracias a una ola del Este que provocará que sigamos habitando en un evento perpetuo y haciendo aquello que últimamente mejor se nos da, que es batir récords (o bechamel).

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