"Por haberle birlado la novia, un amigo de la escuela, George Underwood, le dio un puñetazo en un ojo. Su ojo izquierdo quedó para siempre con la pupila permanentemente dilatada y visión retardada. No, no tenía un ojo de cada color. Ambos eran azules. No era más que el efecto óptico que un color proyecta sobre otro. Como tantas cosas en su vida fue su primera máscara. Y los hombres proyectamos nuestros deseos en las máscaras ajenas viendo lo que queremos ver".
Os dejo un pequeño aperitivo visual del espectáculo que estrenamos mañana David Bowie. El rayo que no cesa. Será en La Térmica, durante La Noche de los Libros. A las 12 de la noche. Mercedes Ferrer cantará las versiones de 10 temas de Bowie y yo leeré los textos creados para la ocasión.
Gracias, Aumorista. Abrazos.
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