Argumentos hay tantos, que ya no sabe uno cuáles son los acertados
No está uno para estas cosas. Eran algo más de las 10 y media de la mañana de ayer y, en su turno de réplica, salió Tardá. Y cuando mejor trabado tenía su reproche a Rajoy va y suelta que por eso Cataluña se quiere ir de España. ¡Venga, hombre...! El portavoz de ERC le había puesto al presidente del Gobierno, en la sesión parlamentaria para pedirle responsabilidades políticas por la corrupción en su partido, sus propios ocho millones de votantes delante para que «socializara la tragedia» de haber permitido que la corrupción se volviese sistémica apoyándose en esos votos inocentes. Pero entonces fue a lo suyo y apeló de forma mitinera (igual que cuando soltó la irresponsable perla de que al Gobierno popular sólo le queda imponer la fuerza bruta y corrupta a Cataluña) a la nueva república catalana como solución de todas las corrupciones. Al comprender ante algún reproche, lanzado al vent, que olvidaba la propia corrupción catalana, no menos sistémica, tres per cent incluido, se apresuró a expresar que la independencia también sería la solución para la corrupción catalana. Ya todo tenía tono de sainete.
Argumentos hay tantos, que ya no sabe uno cuáles son los acertados. Por ejemplo, ayer reprochaba Rajoy con aparente sentido de estado a los grupos que le sometían al control del Congreso, que el país tiene asuntos mayores que perder tiempo en la sesión de ayer. Pero, claro, a nadie escapa que Rajoy también se estaba parapetando en el burladero de los importantes retos que tiene que asumir el Estado, fundamentalmente la seguridad tras el atentado terrorista, el referéndum secesionista del 1 de octubre y la consolidación de la recuperación económica y un mejor reparto de sus beneficios.
Otros parlamentarios le reprocharon a Rajoy, tras su reproche, que precisamente retomar la normalidad democrática en sesiones como la de ayer son la mejor respuesta a todos esos retos. Y ya está el lío formado.
Rivera también buscó su foco recordando al PSOE y a Podemos que la sesión, habida cuenta de que habrá comisión de investigación, sólo fue pactada entre esos dos partidos para mayor lucimiento de ambos en el inicio del calendario político. Y a Rajoy le reprochó que negara la utilidad de la próxima comisión de investigación sobre la corrupción en el PP, recordándole su apoyo a la comisión de investigación en el caso Palau en Cataluña y a la de los cursos de formación en Andalucía. Pero esa difícil equidistancia de Ciudadanos pretendiendo ser oposición y socio del PP, cuando critica al PP; y socio sin fisuras y desde el inicio de la legislatura de Susana Díaz del PSOE en Andalucía, cuando critica al PSOE, sigue cortando las alas a Rivera en sus intervenciones parlamentarias, moviéndose a grandes saltos en sus turnos de palabra, pero sin llegar nunca a despegar. Incluso cuando aseguró que buscaría el voto para la limitación de mandatos, en la mente de muchos surgió la duda de por qué no se la exigió al PP cuando éste le plantó cara al respecto si estaba entre las condiciones de su pacto. La que se avecina...
Domi del Postigo
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