La cosa empieza a resultar monótona, la verdad. Parecía que en la política se nos abrían nuevos horizontes con los nuevos partidos, pero al final lo que más se nos han abierto son las carnes. De hecho, no solo en política parece que hemos retrocedido, se diría que también una parte de la prensa ha dado un paso enorme hacia atrás. Hasta Vargas Llosa parece haberse contagiado, "El feminismo es hoy el más resuelto enemigo de la literatura", escribía el otro día. Todavía estoy intentando entender qué habrá querido decirnos. Pero toda la impresión es que hemos empeorado, y bastante, con respecto a nuestro viejo bipartidismo. La cosas tienen que empeorar para que puedan mejorar, decía Alfred Pennyworth, sobre Gotham. Pero también cabe la posibilidad de que las cosas empeoren simplemente para empeorar. El nuevo escenario político no solo no ha traído aire fresco, sino que ha conseguido enrarecerlo y oscurecerlo aún más. En vez de sumar superhéroes, hemos sumado supervillanos, que además han conseguido atraer hacia el lado oscuro a gente clave en nuestro bando, especialmente entre la prensa. ¿De verdad que no hay un solo problema en España que no gire alrededor de Podemos? Necesitamos empezar a subir un poco el nivel, no podemos permitirnos bajar ya más peldaños. Es difícil, lo sé, pero, como decía Bruce Wayne, a veces la gente se merece una recompensa por tener fe.
Julián Molina
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