Eres preciosa, niña. Lo es tu sonrisa en la foto del periódico, tu ombligo desprejuiciado compensando una inteligencia y una voluntad probadas con ese casi 14 sobre 14 que has sacado en Selectividad, o como se llame ahora. Marta Hernández Arjona es la alumna más brillante de la provincia de Málaga. Toca el piano, el violín, canta, pinta y tiene el pelo endiabladamente ensortijado. Ahora está de vacaciones en Londres. Marta ha hecho el bachillerato en el instituto público Torre Atalaya, en Teatinos, el que hoy es mi barrio. Le diré a mi niño que la tenemos de vecina y que su sonrisa en el periódico nos salva, cargada de futuro.
La risa de Litoral
El hombre muerde con la risa, reza la frase de Baudelaire. La risa de Marta besa, da esperanza. La frase de Baudelaire está en la contraportada del último y precioso número de Litoral, la revista de poesía, arte y pensamiento, que sigue publicándose en Málaga con tan hermoso pasado que en su lomo lleva el futuro a horcajadas.
Dedicada esta vez al HUMOR, escrito con todas las letras mayúsculas, su portada es de un degradado azul cielo, azul mar y por fin marrón playa sobre cuya arena juegan al bádminton con la luna -quizá de una noche de San Juan como la de hoy- un arlequín, ligero y grácil, y una Victoria de Samotracia con cabeza y sin alas, o quizá sea la chica que semidesnuda y libre guía al pueblo en el famoso cuadro de Delacroix o una bañista en la playa de Las Acacias que lleva la falda puesta para que no la rocen las medusas.
Ja ja ja ja ja
Precioso Litoral. En las páginas 88 y 89 ríen sin parar Picasso, Elvis, Mandela, Julia Roberts, Ringo Starr, Audrey Hepburn, Vargas Llosa (que anduvo el otro día por Málaga), su actual editor Lorenzo Saval, Einstein, John Wayne (que siempre, siempre, me recuerda a mi padre), Meryl Streep, Borges y, junto a muchos más, un laureado periodista de provincia, pero jamás provinciano, que es quien me ha hecho llegar este último número de Litoral, con su contagiosa risa con gafas, Cristóbal Montilla.
«Si río soy un río de risa», fonemorama de Carlos Edmundo de Ory que también aparece en los versos de este último Litoral. Ja ja ja ja ja
Soy español, español
Vargas Llosa protagonizó junto a algunos malagueños de referencia en la sociedad civil como Elvira Roca, el malagueño melillense Javier Imbroda, la magistrada María José Torres; y junto al ex caballista olímpico -con hoteles en Málaga- Kike Sarasola, un acto de Ciudadanos en la Plaza de la Constitución el sábado pasado -como contaba la crónica de Matías Stuber en La Opinión-. Con una presentadora desenvuelta y enérgica y una estructura organizada fundamentalmente para la televisión, Ciudadanos trajo a Albert Rivera (que aprovechó para recordar su materna ascendencia malagueña) como único primer espada político sobre el escenario. La apuesta naranja por un patriotismo sin complejos está llenando de banderas españolas un país acomplejado de su bandera y su Historia (en parte por su pasado franquista). Excepto cuando gana la Roja -a la que nunca se habría llamado la rojigualda o rojiamarilla por ese complejo-. Algunos que lo vieron desde fuera tildaron de facha el evento. Y otros de actitud fachosa, que sólo participaban cuando los asistentes gritaban soy español, español, español, se rajaron cuando Sarasola habló de su homosexualidad, su marido y sus dos hijos por gestación subrogada.
Arriesgar o perder
La apuesta de Ciudadanos es arriesgada. Pero quien no arriesga hoy en política sólo es decorado. Por eso el PP ganaría en velocidad de crucero para navegar por las nuevas aguas de la democracia cuatripartita -más los islotes nacionalistas- si apoyara el traslado de los restos del dictador a una tumba como Dios manda. Y ya todos encomendados a sanseacabó. Debería perder el miedo a perder esa parte del electorado que aún contienen las siglas del PP, dentro de ese amplio abanico que va de ahí hasta el centro progresista. Desactivaría el eterno reproche del que se alimenta la izquierda contra la derecha española. No se dejaría levantar con tanta facilidad parte de sus votantes por un decidido Ciudadanos que va a por todas (pese al bajón frente a Sánchez en la única moción de censura de la democracia que ha terminado con el candidato que la presentó en la Moncloa, y todo en un visto y no querer verlo de algunos). Y le ayudaría a salir renovado, o ya veremos si roto, de unas primarias que, tras la traumática pérdida del poder, son tan necesarias como arriesgadas, y a las que cualquier militante ha podido presentarse con sólo 100 avales.
El voto de la serpiente
Y dejemos de hablar de migrantes, en vez de personas, a quienes viajan hasta morirse con casi sólo sus sueños a cuestas. Porque el neofascismo o totalitarismo o como se le quiera llamar al huevo, a la serpiente que lo puso y a la sociedad que lo incuba con su voto o su silencio, ya ha encerrado a niños separados de sus padres por ser pobres, ni más ni menos que en EEUU€ Porque hoy es Sábado.Domi Del Postigo
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