Un día Locomotoro me escribió una carta. Vale, Paquito Cano. Supongo que había publicado algún tipo de artículo elogioso. Esa carta es un tesoro. Un héroe de la infancia que te escribe para darte las gracias. El otro día vi a Poquito en la tele. Nicolás Romero se llama el actor y estaba en 'Cine de Barrio' con Concha Velasco. Hace unos meses me compré el disco de Los Chiripitifláuticos que editó Ramalama. 'Torrente', la primera película, nos rescató a Barullo, el niño negro que ya no era ningún niño. Como nosotros. Se ha muerto Félix Casas, el Capitán Tan, uno de los personajes de Los Chiripitiflauticos. Salacot, gafotas, camiseta de rayas. «En mis viajes a lo largo y ancho de este mundo...». Es verdad que mi personaje favorito (nada original, ya lo sé) era Locomotoro. Estuvo en Antena Infantil, pero luego no estaba en Los Chiripitifláuticos como programa independiente. No coincidió con Poquito o Barullo. Su marcha fue más traumática que la muerte de Fofó.
Era ese Locomotoro al que se le movían los mofletes. Ese Lomototoro que se inclinaba hacia delante sin caerse. El truco lo vio en un circo. Contó que el tacón de las botas era metálico en forma de uve. Y en el suelo había dos tuercas atornilladas. Así que él iba andando y se enganchaba. Lo había estrenado en una comedia que se llamaba 'A todo color', sobre El Prado. Paquito Cano hacía 'Los borrachos' y lo metió ahí. También levantaba el pulgar doblándolo y decía «Soy más pirindolo». Cada vez que veo a Cristiano Ronaldo haciéndose una foto levantando el pulgar pienso en lo poco pirindolo que es.
No sé si tenía mucha razón Rilke cuando decía que la verdadera patria el hombre es la infancia. Para mí es más la tele de la infancia. Cada uno tiene la suya. Este viernes le dije a una amiga más joven que se había muerto el Capitán Tan. «¿Ese es de 'Star Trek'?».
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