martes, 9 de junio de 2020

Jaime Blanch : «Quiero morir descalzo y en mi cama y lo más rápido posible»


Interpreta a Salvador Martí, jefe del Ministerio del Tiempo, que tiene su propia misión en el capítulo de hoy en La 1
Jaime Blanch (Collado Villalba, Madrid, 79 años) vuelve hoy a 1980. En aquella época ya llevaba casi 30 años en la profesión, pero en esta ocasión regresa para «una misión muy específica», que no quiere ni puede desvelar. El actor debutó con tan solo doce años en el cine, y durante más de seis décadas no ha parado de aparecer en pantallas y escenarios hasta llegar al día de hoy, donde interpreta a Salvador Martí, el jefe de 'El Ministerio del Tiempo', la serie producida por Globomedia y Onza en colaboración con TVE, y que emite La 1 esta noche a las 22.05 horas.

-¿Es especial formar parte de una serie a la que la gente tiene tanto cariño como 'El Ministerio del Tiempo'?

-Es algo con lo que, afortunadamente, nos hemos encontrado. Lo digo porque, a priori, a todos nos hizo mucha ilusión cuando nos hablaron de la serie. Y resulta que la serie ha funcionado, que no siempre ocurre. Lo que nos suele gustar a nosotros, los actores, a eso que se le llama 'gran público' muchas veces no le convence. Pero en este caso no ha sido así. Eso te da una especie de 'reprise' importante.

-¿Le da vértigo repasar su carrera?

-Intento no repasarla para quitar los vértigos, precisamente (risas). Siempre me acuerdo de mi padre, que me preguntó que por qué quería dedicarme a esto. Yo le dije que no me gustaba estudiar, y… bueno, lo que me dijo no lo puedo repetir, pero tenía toda la razón del mundo, porque me he pasado toda la vida estudiando.

-¿Nunca hubo otra opción?

-No, no. Esa es la ventaja de ser un poco díscolo y rebelde desde pequeñito. Conformas una actitud, y con ella sigues.
LAS FRASES:Trayectoria.«No me gusta hacer balances pero creo que me he ganado cierto respeto en la profesión»Futuro.«Sigo disfrutando; el día que ir a rodar sea una tortura para mí, garantizo que lo dejaré»

-Entonces, si volviera atrás, ¿lo repetiría?

-Evidentemente. Me arrepiento de muy pocas cosas, la verdad. He tenido la suerte de trabajar en lo que me gusta, de que me pagaran por ello, y de que me permitieran vivir con cierto decoro. Creo que soy un privilegiado. No me gusta la nostalgia ni hacer balances, pero sí me doy cuenta de que me he ganado cierto respeto, entre comillas, de la profesión, de mis compañeros y del público. Creo que a estas alturas podría decir aquello de 'misión cumplida', si me fuera a marchar.

-¿A cuál de sus muchísimos personajes le guarda más cariño?

-Curiosamente, y con todo lo que he hecho, tengo la inmensa suerte de que el personaje que más me gusta es el que estoy haciendo. Y en este caso, y hablo de 'El Ministerio del Tiempo', no lo digo porque sea una postura, sino porque es una realidad. La acogida que tiene el personaje de Salvador me congratula. Me satisface mucho, no el ego, porque a estas alturas de mi vida lo cultivo poco. Quizá porque me limito a pensar que hago mi trabajo lo mejor que puedo y nada más.

-¿Es una especie de reconocimiento a su trayectoria?

-Habría que preguntárselo a Javier Olivares, que es la madre del cordero (risas). Ha sido así, me ha tocado y estoy muy contento de ello, con todos los claroscuros que tiene el personaje. Pienso que Salvador Martí representa el poder, y como tal, tiene sus luces y sus sombras. Y eso se verá en los capítulos que quedan. Lo que más me gusta de esto es que deja de ser un señor que da órdenes para descubrirse un poco.

-¿Alguna vez se ha marcado una fecha de retirada?

-Muchos compañeros dicen que quieren morir con las botas puestas, pero yo no. Yo quiero morir descalzo y en mi cama, lo más rápido posible y cuando yo quiera. Esto tiene muchas interpretaciones, pero yo soy socio de la asociación Derecho a Morir Dignamente, y reivindico el marcharme cuando quiera porque no he pedido venir.

-Entonces, sigue disfrutando al pie del cañón.

-Exactamente. Esa es la palabra. Porque disfruto. El día que me levante a las seis de la mañana, porque me recogen a las siete para ir a rodar, y sea una tortura para mí, garantizó que no lo haré.

-¿Hay algún personaje que se le haya resistido en su carrera?

-Hace muchos años me habló un actor inglés excuñado mío de una función que había en Londres. La leí porque él me la prestó y dije: 'Qué pena que en España no se vaya a hacer'. Y años después, curiosamente, me llamaron para hacerla, y la cogí con una ilusión enorme. Pero ni la dirección ni el reparto ni el montaje fueron los adecuados y fue un fracaso. Con lo cual, cualquiera podría decir 'Hamlet', 'El rey Lear', 'Macbeth', 'Don Juan Tenorio', 'La madre que me parió'…, pero si todo eso no está rodeado de un buen equipo y realización es una tontería.

Juan Alía

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