Diseñador, arquitecto, escritor, poeta, Ettore Sottsass (Innsbruck, Austria, 1917-Milán, 2007) es uno de los creadores más importantes del siglo XX. A lo largo de su vida, Sottsass nunca dejó de hacer hincapié en la dimensión emocional del diseño, más allá del racionalismo y el funcionalismo. Como arquitecto, también concebía el diseño como otra vertiente de la arquitectura.
La exposición arranca en la década de 1940, con los primeros pasos creativos de Ettore Sottsass, y culmina en el Grupo Memphis, en la década de 1980.
En sus inicios, en la inmediata posguerra, Ettore Sottsass se formó como pintor y realizó esculturas (Maqueta espacial, 1947), inspirándose en la vanguardia moderna. Experimentó con la abstracción pictórica y participó en el Movimiento de Arte Concreto en Italia. Se instaló en Milán como arquitecto, trabajando inicialmente con su padre. A partir de 1947, Sottsass comenzó a realizar proyectos de mobiliario y diseño de interiores. El bargueño Grassotti Cabinet (1946-1948) es un mueble poco común que muestra la influencia del movimiento holandés De Stijl, pero también de la arquitectura moderna.
En 1956, Sottsass realizó sus primeras cerámicas. Objeto pobre, la cerámica se relaciona con el gesto primordial que vincula al hombre con el cosmos, y apunta una «función ritual y simbólica» en los objetos. Al mismo tiempo, en 1958, comenzó a trabajar como asesor para Olivetti, firma para la que un año después diseñó la primera calculadora electrónica, Elea, así como máquinas de escribir. El «diseño mágico» de Sottsass siempre incorpora la dimensión industrial. El mismo enfoque del objeto como entorno subyace tanto en los sistemas racionales de oficina para Olivetti como en las cerámicas monumentales de finales de los sesenta. También trabaja la dimensión sensorial de los objetos: verbigracia, el color rojo brillante de la famosa máquina de escribir portátil Valentine (1969).
A principios de la década de 1960, la visión del mundo de Sottsass cambió gracias a sus viajes, entre ellos a la India, y al descubrimiento de la contracultura estadounidense impulsada por la Generación Beat. Las décadas de 1960 y 1970 fueron años de experimentación radical, entre el diseño y la arquitectura. Las Superboxes (1966), un proyecto de armarios cubiertos con laminados de plástico, que se convertiría en el material favorito del Grupo Memphis en los años 80, son testigos de diálogo entre diseño y arquitectura. Estas «pequeñas arquitecturas» se sitúan en la frontera entre lo racional y lo mágico. Durante su periodo «radical», entre 1966 y 1974, Sottsass se volcó en la escritura, la fotografía y el dibujo. A lo largo de su vida, Sottsass viajó constantemente y se dedicó a tomar miles de fotografías y archivar su obra. Testimonio de su interés por la cultura de lo anónimo, lo «pobre» y lo vernáculo, su fotografía es un auténtico crisol de pensamientos e intuiciones creativas. Viajar y fotografiar formaban parte de una misma odisea espiritual.
En 1981, Sottsass fundó en Milán el Grupo Memphis. Con su enfoque iconoclasta del diseño, Memphis rompió con el funcionalismo y el estilo para exaltar la dimensión emocional y sensorial de los objetos. Alrededor de Ettore Sottsass y con el aporte teórico de Barbara Radice, Memphis (en el que participaron, entre otros, Michele de Lucchi, Nathalie du Pasquier, George Sowden, Martine Bedin, Matteo Thun, Aldo Cibic, etc.) fue sinónimo de una libertad creativa desenfrenada que buscaba nuevas formas narrativas en los motivos decorativos. Memphis revolucionó el diseño con sus piezas pop de formas asimétricas, colores vivos y el uso de materiales como el laminado plástico.
Para Sottsass, el diseño era un ámbito de creación integral. Aquí se ofrece una selección de un centenar de obras excepcionales -objetos de diseño, dibujos, instalaciones, fotografías- procedentes de las colecciones del Centre Pompidou (Musée national d’art moderne-Centre de création industrielle y Bibliothèque Kandinsky).
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