Qué cosas, tantos días después de la visita de la Legión a los niños ingresados en el Materno el asunto colea. El jueves mismo, el consejero de Salud, Aquilino Alonso, defendió a requerimiento de IU en el Parlamento Andaluz que con aquel acto no se vulneró el carácter laico que corresponde al hospital como centro público. Y bueno, sí, pero creo que la cuestión no es precisamente ésta, sino la oportunidad de liarse a cantar El novio de la muerte ante un grupo de niños enfermos. Dado que al encuentro sólo acudieron los niños que quisieron, con el permiso de sus padres, y que al parecer los pequeños lo pasaron en grande, poco más hay que añadir. Pero ha habido otro asunto relacionado con esto que sí ha llamado más mi atención. La noticia, como es bien sabido, corrió como la pólvora y tuvo eco en prácticamente todos los medios de información nacionales. Y valía la pena echar un vistazo a las versiones digitales de los principales diarios del país, especialmente a los comentarios que los lectores dejaban sobre el particular. Las impresiones eran mayoritariamente negativas, con valoraciones contrarias a la presencia de fuerzas armadas en los hospitales infantiles, donde sus aguerridos cánticos parecen estar fuera de tono. Pero casi siempre figuraban igualmente comentarios de lectores que se identificaban como malagueños y que no sólo defendían el derecho de los legionarios a ir a donde quiera que los llamen, sino que advertían del poderoso vínculo que la Legión tiene con Málaga; una pasión que, literalmente, "nadie que no sea de Málaga puede entender. Es lo que hay". Según estos lectores, toda Málaga hace piña, sin fisuras, en torno a su Legión. Y fue esto lo que me hizo pensar, por más que hasta yo mismo haya empleado alguna vez expresiones similares.
Podemos referirnos lo mismo a la Legión que a la Semana Santa, que al Málaga o que a la última exposición del CAC: por aquí nos encantan las frases hechas tipo toda Málaga estaba allí. Cunde la idea de que Málaga es un cuerpo homogéneo que se derrite delante de la Legión, admira a Antonio Banderas, va a muerte con su equipo, se lo pasa en grande en la Feria, anda preocupadísima por la torre inacabada de la Catedral y es tan moderna como salerosa; lo que vendría a ser, en fin, la definición de una posible identidad colectiva. Pero igual alguien se llevaría una sorpresa si se pusieran en fila los malagueños a los que la Legión les da igual, no les gusta, la soportan, les produce urticaria o no la han visto en su vida. Quién sabe, a lo mejor Málaga es una ciudad diversa y cosmopolita, donde caben malagueños de toda clase y condición, y algunos aún no se han dado cuenta. Menuda inritación, oiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario