martes, 29 de agosto de 2017

"Vivo, sufro y amo por y para el flamenco"


El malagueño Alfredo Tejada ha tocado la gloria flamenca al hacerse con la Lámpara Minera del pasado Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.

Además de obtener la máxima distinción en el concurso, el cantaor se impuso en otras cuatro categorías

«Fue escuchar a Camarón cuando era chiquito y volverme loco. A raíz de ahí me di cuenta de que no era normal lo que me pasaba cuando escuchaba flamenco». Así narra el malagueño Alfredo Tejada cómo fueron sus primeros pasos en el tan castigado como venerado arte flamenco.Quién iba a decirle a ese niño que «gracias al esfuerzo y la lucha constante», dos décadas después se consagraría como el artista del momento.

Hace apenas una semana el cantaor se alzó victorioso en la 57 edición del Festival Internacional del Cante de las Minas al obtener la prestigiosa Lámpara Minera y los primeros premios por soleá, cartageneras, farruca y el primer premio de mineras. Una hazaña al alcance de muy pocos. El último en conseguirlo fue Miguel Poveda.

La primera vez que se presentó al concurso fue hace seis años, «para experimentar», recuerda. Tejada explica que no es aficionado a los concursos pero el festival de la Unión no es un certamen cualquiera. Reconoce que llevaba años formándose específicamente para el certamen: «Me lo he preparado muchísimo durante estos años. Nunca se sabe si vas a ganar, aunque siempre se tiene ilusión», explica.

El malagueño consiguió emocionar al tribunal con su voz. El jurado del festival fue la última conquista de una larga lista que incluye los tablaos de medio mundo. Alfredo Tejada es un hombre que se ha hecho respetar dentro de los circuitos del flamenco. A pesar de tener una reputación consolidada internacionalmente, la Lámpara Minera de La Unión le ha abierto muchas puertas y le ha traído nuevas oportunidades. Acaba de volver del Festival Flamenco de Rivesaltes (Francia) y aun sin tiempo para deshacer la maleta, este domingo acude al Festival de Priego antes de iniciar una gira por Asia junto a la bailaora Eva Yerbabuena. Tokio, Hong Kong y Dubai son algunos de los sitios donde el cantaor afincado en Granada actuará e impartirá clases de flamenco.

En noviembre lanzará un nuevo disco «de corte clásico actualizado al siglo XXI». Pretende «rescatar raíces y letras que están en desuso». Su nuevo trabajo contará con la colaboración de grandes figuras del panorama nacional del flamenco como el guitarrista José Luis Montón o el mismísimo Miguel Poveda. A todos estos retos se le suma uno más: su primera hija llegará al mundo en unos días. Tejada está pletórico y nervioso a partes iguales.

Lleva el talento en las venas. Su abuelo era cantaor, su padre bajista y su madre cantante. «Siempre ha habido un piano, una guitarra o algo de percusión en casa», afirma. Admite que su familia y la forma que tienen de entender la música ha sido fundamental en su desarrollo como persona y como artista. «Hemos sentido mucho la música», continúa. La Lámpara Minera se la dedicó especialmente a su madre, que murió cuando él comenzó su formación y nunca tuvo la ocasión de verle crecer sobre el escenario.

Explica que la «grandeza del flamenco» también contribuyó a su formación. De pequeño descubrió a Antonio Chachón, Manuel Torres, la Niña de los Peines, Tomás Pavón, Fosforito y el poeta granadino por antonomasia: «Lorca ha estado muy presente en mi vida». Tejada matiza que su formación fue tardía. Comenzó sus estudios al mudarse a Granada y todavía sigue aprendiendo. «Es la base de todo, sin estudio no se hace nada por mucho que la voz suene bien», asegura.

«Tengo debilidad por la soleá de entre todos los palos del flamenco», se sincera Tejada. Pero sus ansias de conocer la música van más allá de lo clásico. Ha probado otros estilos como el pop y la ópera flamenca.«Me gusta explorar otro tipo de música y otros estilos, algo que me aporta muchísimo».

El futuro del cante jondo
Sobre la fusión flamenca, el malagueño afirma que «hay gente innovando». «Es bueno que tengan inquietudes. El primero fue Enrique Morente, que hizo una antología del cante flamenco y era un genio innato. Esta bien innovar desde el conocimiento, no hay que engañar a la gente», añade, a la vez que sostiene que «el flamenco tiene buenas bases para seguir donde está, en la tradición».

Se muestra optimista con el futuro del cante jondo y expresa que las redes sociales han ayudado a desquebrajar el monopolio en la industria. «Ya no es tan difícil entrar en ciertos círculos que antes eran sota, caballo y rey», señala Tejada.

«Hay bastante precariedad en el arte y la gente pasa fatiga», puntualiza y anima a las administraciones a actuar. «Me gustaría que se mimara el flamenco como en otros países donde está muy valorado». El cantaor insta a los empresarios a buscar la excelencia por encima de los beneficios para que «la calidad no se resienta». «Yo no decidí vivir de esto por comodidad, sino por amor», concluye.

Pilar García-Trevijano

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