miércoles, 25 de abril de 2018
La compensación.. por Pablo Aranda
Las señales divinas hay que saber verlas y poder interpretarlas
Al Thani ha prometido ante Dios que el Málaga regresará a la élite y no sé si Dios le habrá escuchado pero ayer llovió arena. El Antiguo Testamento está lleno de señales divinas que es necesario descifrar. ¿Qué quiere decir la arena, Dios? No creo que quiera echar tierra encima de la campaña de SUR para animar a la afición. El Sevilla tiene un capellán ¿será Dios del Sevilla? ¿De todos los equipos? ¿De ninguno? El Barça lo gana todo, pero siempre y cuando se trate de una competición española ¿por apoyo de Dios o como castigo? El presidente del Barça acaba de divorciarse, aunque no debe de ser un motivo para la divina condena. Sí es un poco condena que uno lea el periódico no deportivo y se entere de que el presidente del Barça se ha divorciado. En el Madrid juega Cristiano, que además tiene hijos sin mantener relaciones sexuales, pero en el Barça juega Leo, cuyo apellido recuerda a misa y, según un malhablado vecino culé, es la hostia. De niño temía que Dios me enviase una señal y no supiese verla, y eso que aún no usaba gafas. También temía que la señal me llegase por la noche y ya no pudiese dormir del santo susto.
El miércoles pasado un señor de 60 años sufrió un infarto en Málaga, lo que no tiene que significar nada más a parte del fatídico suceso, pero la ambulancia que lo trasladaba al hospital salió ardiendo. Ojalá se haya repuesto.
Dios, con la de motivos que tiene para andar preocupado, podría derivar la promesa de Al Thani a Alá, que para los creyentes de mente más abierta es el mismo Dios. Tuve un profesor de matemáticas (que un día pilló a un niño haciéndole un corte de mangas, pero eso no viene a cuento; o a cuentas, porque era de matemáticas) que defendía la ley de la compensación. Le haces daño a alguien pero después tratas de compensar. A lo mejor por eso el Rincón Fertilidad, el equipo femenido de balonmano, casi ha llegado a la final de la Copa de la Reina. El Unicaja va bien pero no bien del todo, no sé qué pecados pueda tener Joan Plaza, y espero no enterarme. De todas formas le damos demasiada importancia al deporte de competición y nos quejamos olvidándonos de lo bien que vivimos. Aquí por ejemplo si hay un accidente suelen socorrer al accidentado, fíjense en el señor del párrafo anterior, aunque el domingo cayó un coche por un barranco en Casabermeja y un inglés, herido leve, llegó al pueblo y pidió una ambulancia, sin avisar que dentro del coche había dejado a un hombre en estado crítico. Lo encontraron por casualidad horas más tarde. En China cuando hay un accidente el culpable ha de pagar a la víctima, pero las compensaciones son tan altas que en demasiadas ocasiones el culpable lo que hace es rematarla y evitar así el pago. No sé qué pensará sobre esto mi profesor de matemáticas.
Pablo Aranda
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