Decía Luis Casimiro en la previa del partido que el primer choque del Unicaja no iba a ser un fiel reflejo de lo que será la temporada. Seguramente tendrá razón el veterano técnico, que ayer fue recibido con los brazos abiertos por la afición malagueña, pero ojalá se equivoque. Porque el cuadro de Los Guindos, sin apenas pretemporada y con el equipo aún en construcción, mostró una imagen impecable y realmente sorprendente. Pasó por encima del Valencia (86-73), un rival directo en las aspiraciones del cuadro malagueño. Y lo hizo con un excelente trabajo en defensa, atacando de manera fluida y efectiva y sobre todo mostrando un nivel de dureza y de concentración durante todo el encuentro que sirven para alimentar la ilusión.
Es cierto que la temporada acaba de empezar y que no se podrán sacar conclusiones hasta que se celebren algunos partidos más, pero empezar con un triunfo tan contundente servirá al cuadro de Luis Casimiro para afrontar con un punto más de confianza y tranquilidad este complicado arranque de competición.
El tacto de Wiltjer
Si en pretemporada en algún momento se puso el acento en las lagunas defensivas del cuadro malagueño, ayer pasó todo lo contrario: fue la solidez atrás lo que más llamó la atención. Se le presupone al cuadro local un gran arsenal ofensivo por la configuración de la plantilla, pero no se esperaba tanto rigor atrás y un esfuerzo colectivo tan acentuado. Eso sí, en ataque también hubo actuaciones individuales destacables: Wiltjer tuvo un arranque fulminante (13 puntos en menos de cinco minutos), Jaime Fernández dio un recital de juego vertical y Alberto Díaz hizo uno de los mejores partidos cara al aro de su carrera (17 puntos, con un excepcional 5 de 5 en triples). La actuación conjunta de los tres jugadores que pueden ejercer como bases (Díaz, Fernández y Roberts) resultó sobresaliente.
Si había ganas de ver en acción a los nuevos, no tardó Luis Casimiro en hacerlos debutas. Los cuatro fichajes de este verano (Roberts, Fernández, Wiltjer y Lessort) formaron parte del quinteto titular junto a Milosavljevic.
Wiltjer parecía tocado por los dioses y protagonizó unos minutos mágicos. Empezó con dos triples seguidos y después una canasta tras rebote ofensivo. Tuvo tiempo en esos primeros minutos el exjugador del Olympiacos para mostrar su capacidad para echar el balón al suelo tras finta y penetrar, algo realmente meritorio para un hombre de su estatura (2,08). Tras algo más de 4 minutos y medio en pista, Wiltjer se iba al banco con 13 puntos (todos los del Unicaja) y entre gritos de «MVP, MVP».
No se arrugó el Valencia ante tal exhibición de su rival y fue recortando distancia en el marcador por medio de Abalde y Tobey. Al final del primer cuarto, la ventaja era de dos para el Unicaja (19-17). Sin Wiltjer en cancha, la primera opción en ataque era ahora Shermadini. Existe la idea clara de darle el balón al georgiano, muy efectivo en las inmediaciones del aro. No estuvo acertado en los primeros intentos el pívot, pero después se entonó. Tres triples seguidos del Valencia ponían por primera vez el empate en el partido (26-26), pero el conjunto visitante no encontraba muchas más opciones. Con Alberto Díaz y Salin en cancha, la presión a los exteriores era notable y en ataque apareció Jaime Fernández. El Unicaja logró ampliar su ventaja en los últimos minutos del parcial y se marchó al descanso con 45-34.
No quería el Unicaja que el Valencia reaccionase tras el paso por los vestuarios y logró salir muy concentrado. Anotaba con cuentagotas el equipo visitante, pero el juego del conjunto. Con 15 abajo en el marcador, Ponsarnau tuvo que pedir tiempo muerto para frenar el vendaval malagueño. Pero los triples de Roberts y Díaz seguían aumentando la ventaja y el Unicaja lograba ponerse 20 puntos arriba, que se quedaron en 18 al final del tercer cuarto (68-50).
El último cuarto sólo sirvió para que el Valencia maquillase el resultado.Díaz, que había metido tres triples de tres intentos hasta entonces, logró dos más ante el regocijo del público (76-54). Para colmo del Valencia, Tobey se marchaba del partido por una lesión en el hombro y el partido ya parecía más que sentenciado. Quizás se relajó antes de tiempo el cuadro local y el Valencia se llegó a poner a 9. En las dos jugadas siguientes, los triples de Salin y Fernández volvieron a poner las cosas en su sitio para el 86-73 final.
Diario Sur
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