Lo grave no es condenar a alguien a la esclavitud, sino eyacular donde no se debe. El fin sí justifica aquí los medios
Disculpe el lector que vuelta a escribir sobre esto, pero hace unos días me metí en la página web de una clínica de maternidad subrogada y la experiencia, hasta donde pude llegar, resultó altamente ilustrativa. La empresa en cuestión, con sede en Kiev, recibe al visitante con lemas como los que siguen en su versión castellana: "Todas las parejas de cualquier edad pueden encontrar la felicidad de la paternidad en nuestra clínica"; "Gestación subrogada y donación de óvulos. Ucrania, un destino ideal para vientres de alquiler"; "La mejor madre subrogada cuidará de la salud de su hijo como si fuese el propio"; "Una base tecnológica de alto nivel y la experiencia de mucho años de nuestros ginecólogos y embriólogos muestran impresionantes resultados". La web detalla los plazos para los pagos del servicio, desde el comienzo del tratamiento hasta el nacimiento de la criatura, e invita a los usuarios a solicitar un presupuesto detallado; eso sí, anuncia una bonificación de mil euros a las parejas que accedan a compartir su satisfacción mediante la grabación de un vídeo que la clínica divulgará a su conveniencia. Y añade: "Nuestras donantes saludables, jóvenes y muy atractivas son un gran orgullo de nuestra clínica", antes de explicar cómo el cliente puede seleccionar a su presunta. Exactamente: recuerda a lo que recuerda.
https://www.malagahoy.es/opinion/articulos/Subrogadas_0_1287171614.html
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