La Historia nos ha proporcionado, a estas alturas, suficientes ejemplos como para saber que cada momento utópico, inaugural, de infinitas posibilidades, trae consigo una inevitable caída en la realidad en forma de pesadilla, tanto más terrorífica cuanto más exaltador fuera el sueño inicial.
Es fácil, así, caer en la melancolía o el cinismo, pero hay que resistirse a ello, a pesar de todo. Conocer el lado oscuro de las utopías y seguir sin embargo proponiéndolas como horizonte de posibilidad resulta, tal vez, contradictorio, pero seguramente necesario. El magisterio de Fernando Savater nos incita a movernos en ese filo de navaja entre la lucidez imprescindible y la ilusión sin la que no se puede vivir.
Dentro de las Jornadas El fin de las ilusiones.
Acceso libre y gratuito hasta completar aforo.
Fotografía: © Claude Truong-Ngoc
Es fácil, así, caer en la melancolía o el cinismo, pero hay que resistirse a ello, a pesar de todo. Conocer el lado oscuro de las utopías y seguir sin embargo proponiéndolas como horizonte de posibilidad resulta, tal vez, contradictorio, pero seguramente necesario. El magisterio de Fernando Savater nos incita a movernos en ese filo de navaja entre la lucidez imprescindible y la ilusión sin la que no se puede vivir.
Dentro de las Jornadas El fin de las ilusiones.
Acceso libre y gratuito hasta completar aforo.
Fotografía: © Claude Truong-Ngoc
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