miércoles, 14 de agosto de 2019
Paco Fiestas ... por Txema Martín
Hace tiempo me llegó un vídeo por whastapp. Era un fragmento de unos dibujos animados que se llamaban 'Hora de aventuras' y que jamás he visto. Enseguida descubro que me lo envían por Paco, un amigo de Madrid muy especial porque es una persona que lleva la alegría a cualquier sitio en el que esté. En la imagen aparecen los protagonistas de estos dibujitos, que se llaman Finn y Jake, y que tienen que convencer a unos Osos Fiesteros para que les dejen hacer una fiesta en lo que no saben que es la barriga de una bestia. Y allí, en el corazón de esa bestia, encuentran al líder de la banda.
- Buscamos a Paco Fiestas... ah, mire, verá, sé que no nos conoce, señor, pero tenemos que hablar. Es muy importante para...
-Shhh... ¿Sabéis quién soy?
-Paco Fiestas, ¿no?
-Soy el jefe. Y, para hablar con el jefe, hay que ir de fiesta con el jefe. No hay otro modo.
Luego todos terminan en un lugar inexacto de las entrañas de la bestia, celebrando algo que no se sabe muy bien lo que es y que sostiene la idea de que no hace falta ninguna excusa para divertirse. Hoy he vuelto a ver el vídeo y ahora veo al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, como el líder espiritual de los fiesteros. Es martes, víspera de los fuegos por primera vez en la historia, el día en el que los malagueños nos situamos en el lugar más alto que se puede alcanzar en la montaña rusa: ese momento de pánico sostenido en el que sabes que, a partir de ahí, solo puede venir una caída en picado. Este es el instante que precede al apocalipsis, el segundo en el que el orden se transformará en un emocionante caos porque Paco, a sus 76 años, no contento con organizar 'la gran feria del Sur de Europa' durante una semana, quiere que toda la ciudad se vaya de fiesta durante 12 días.
Doce días de jolgorio en los que la ciudad que no se puede ni se debe trabajar, no se recomienda llevar una vida normal (si es que existe tal cosa) y, entre otras cosas, no puede uno contraer ninguna enfermedad ni patología que no pase por la resaca o por el coma etílico. Doce días con una programación musical que cómo será cuando lo mejor que podrá uno escuchar en directo será Camela, que es una gloria que esté en el cartel pero una tragedia que lo comparta con grupos tipo Andy y Lucas; qué daño le habrá hecho Málaga al mundo para que vengan casi todos los años a la Feria. También veremos la foto gloriosa de cada año, con Paco Fiestas en El Rengue, la caseta municipal del mayor, saludando a jubilados que son más jóvenes que él. Buena parte de la ciudad quedará detenida en un estado semipermanente de euforia que no admitirá orden ni consuelo. Bienvenidos, Finn y Jake, a esta fiesta de doce días en las entrañas de la ciudad.
Txema Martín
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