Desde el próximo lunes y hasta el viernes, Salobreña se convierte en el epicentro de la cultura en Granada. ¡Qué mérito tiene, en pleno agosto y en una localidad turística costera, poner en marcha un programa de actividades culturales de primer nivel! Y a este maravilloso Festival dedico mi columna de hoy de IDEAL.
En verano, lo normal es que los pueblos de toda España se vean inundados de verbenas, Orquestas Paraíso, DJs de chumba-chumba y ensordecedores petardos por doquier. Sabido es que, en agosto, nuestros estándares éticos, morales y filosóficos quedan muy rebajados, prestándonos a hacer cosas que, en cualquier otro mes del año, serían impensables. Y así, sin saber cómo ni por qué, te encuentras bailando la Macarena de madrugada, agarrado a un whiskola de garrafón y ataviado con un sombrero de paja.
Por eso, el Nuevas Tendencias tiene tanto valor. Porque apuesta por una cultura multidisciplinar, con la música como eje central alrededor del que giran otras muchas propuestas artísticas. Escuchar a Noa, a Coque Malla o a León Benavente, será un privilegio. Pero la mesa redonda organizada en torno a la figura de David Bowie y la exposición “Recortes de un momento intrascendente”, con la obra de Oli; tampoco tendrán desperdicio. Y el cine, con el documental sobre Janis Joplin dirigido por Amy Berg. Como suele decir Colin Bertholet, ideólogo, impulsor y parte esencial de la estética y de la materia gris que hay detrás del Nuevas Tendencias, ¡un lujazo!
Este año se da, además, la feliz circunstancia de que se celebran 25 años del nacimiento del Festival. ¡Veinticinco años! Que se dice pronto. Con ese motivo, el Nuevas Tendencias ha editado un libro conmemorativo de estos cinco lustros de compromiso con una cultura alternativa y diferente, que nos ha permitido escuchar las voces de artistas africanos en multitud de ocasiones, que ha traído el “Omega” de Morente y Lagartija Nick o que, el año pasado, programó el rompedor Máter Lux de Jesús Arias y Canticum Nóvum.
Repaso la cantidad de conciertos que he disfrutado en Salobreña, gracias al Tendencias, y me da taquicardia. Algunos de ellos ocupan un lugar muy alto en el ranking de mis conciertos favoritos. ¡Ese Salif Keita, por ejemplo!
Enhorabuena, pues, a los diferentes equipos de gobierno y a los técnicos de la concejalía de Cultura que llevan veinticinco años convirtiendo a Salobreña en el centro neurálgico de la creatividad más vanguardista.
Jesús Lens
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