lunes, 4 de junio de 2018

Zidane, la Excepción ... por Javier Imbroda

En esta semana convulsa que acabamos de dejar en términos políticos, y lo que nos rondará por delante, se coló una noticia inesperada, casi de tapadillo para la que estaba cayendo, pero encontró su hueco: Zidane anunciaba su marcha del Madrid tras tres títulos de Champions consecutivos, la última hace unos pocos días.

¿Qué es lo que ha ocurrido? Esta pregunta era fácil hacérsela contemplando la expresión del presidente, Florentino Pérez, en la rueda de prensa. Un presidente fuera de juego, KO, ni cinco horas reunidos con el ya exentrenador, le valieron para convencerlo. Insólito. Imagínense esa reunión, «Te doy cinco más». No. «Bueno, pues tu hijo será el segundo portero», tampoco, «subo a diez», no. Pienso que es la primera vez que un presidente como Florentino Pérez, recibe un no como respuesta en plena línea de flotación, a pesar de haber desplegado todos sus encantos, y créanme, lo sé por experiencia, tiene bastantes.

Pero, ¿quién le puede decir no al Real Madrid después de tanto éxito? ¿Quién puede irse siendo tan idolatrado por su afición? La excepción es Zidane. Un hombre que llegó como solución interina tras la destitución de Rafa Benítez, sin bagaje y sin apenas recorrido como entrenador. Siempre discutido a pesar de sus éxitos, pero, ¿quién no lo está en ese banquillo?

La estela de su nombre, como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, servía como único aval para encarar una situación complicada. El vestuario respetaba el nombre, no al entrenador. Y el entrenador con los triunfos, se ganó progresivamente el respeto.

Y empezaron a caer Champions, algo inaudito en la reciente historia de esta competición, además de otros títulos. Pues bien, tras escuchar sus palabras, me descubro ante alguien que sacrifica su ego, manifestando el desgaste tan enorme que ese banquillo 'tritura-entrenadores' (esto es de mi cosecha), provoca, incluso con tanto éxito reconocido.

Una lección a tanto ego que contiene ese vestuario, empezando por un Cristiano Ronaldo que eligió el peor momento para reivindicar su figura, o Bale que cuestionaba su continuidad porque no jugaba lo que consideraba. Sus egos por encima del equipo. Reacciones inmaduras que delatan la personalidad de ambos. Y mientras, estos jugaban a ver quién era lo más, su entrenador desde la sobriedad y la discreción, maduraba su decisión sin aspavientos. Otra lección.

Difícil la elección ahora. Muy difícil. ¿Quién se va a sentar en ese banquillo? El escudo protector que representaba Zidane para tanto ego y posible mal resultado, ha saltado por los aires. El equipo necesita otro discurso y rumbo, el suyo lo siente agotado. Una lección más. La política debería aprender del deporte. Si el presidente Rajoy hubiera imitado a Zidane, hoy tendríamos todos los españoles la oportunidad de elegir a través de las urnas a nuestro Gobierno, y no este galimatías que nadie sabe cómo terminará. Hay mucho Cristiano y Bale en la política y poco Zidane, la excepción.
Pinceladas

Euroliga. El Unicaja y el Valencia pagaron caro su paso por esta competición. Ambos eliminados en cuartos de final, llegaron sobrepasados, y el Unicaja con escasa competitividad. No son equipos para esta Euroliga, con este formato competitivo, ni Herbalife Canaria que se acaba de clasificar. Para ello, necesitas presupuestos a partir de los 20 millones de euros. Sí tener la ilusión de estar por méritos deportivos, cuestión que Euroliga casi niega. Mejor, prepararse para competir la ACB y aspirar a ganarla.

Málaga C. F. El club sigue instalado en el caos. Algo normal, entendiendo que quien lo ostenta es un caos en sí mismo. Una particular forma de ser. No esperen cierta normalidad, imposible, y pónganse en lo peor, si nadie lo remedia antes.


 Javier Imbroda

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