Películas exhibidas en el Festival de Málaga consiguieron 35 nominaciones y dos galardones en las categorías técnicas
Canción y banda sonora original, fotografía, sonido y efectos especiales, los más nominados
Cuando se celebran unos premios cinematográficos como los Goya que disfrutaremos en Málaga el próximo sábado, el foco mediático suele recaer, sin duda alguna, en la parte más visible, en la parte más reconocible de la industria, es decir, actores, actrices y directores son el reclamo para el gran público que acude a disfrutar de sus ídolos en este tipo de eventos.
De esto sabemos mucho en el Festival de Málaga con nuestra abarrotada alfombra roja en el Teatro Cervantes. Muchas de las películas que compitieron en nuestro certamen lo hicieron también en los Goya en categorías que se sitúan detrás de las cámaras, menos mediáticas y más técnicas, pero no por ello menos imprescindibles cuando se habla de una producción cinematográfica.
El dato es contundente y revelador: durante los 22 años de historia del Festival de Málaga se consiguieron dos Goyas y un total de 35 nominaciones en las categorías consideradas técnicas por parte de películas que concursaron en nuestro certamen.
La música ha sido protagonista de muchas de esas nominaciones, 12 en total (8 veces con canciones originales y otras cuatro para la banda sonora). Fue en el año 2017 cuando Silvia Pérez Cruz se alzó con el Goya a la Mejor Canción Original con su tema Ai, ai, ai, que se incluía en Cerca de tu casa, de Eduard Cortés, que pudimos ver en Málaga en 2016.
En años anteriores estuvieron nominados, entre otros, artistas de la talla de Javier Ruibal (Atún y chocolate); Bebe (Incautos); Andrés Calamaro, David Trueba y Javier Limón (Bienvenido a casa) y Russian Red (Habitación en Roma).
Por su parte, cuatro bandas sonoras optaron, sin éxito, al Goya a la Mejor Música Original: fueron Pablo Cervantes por Hotel Danubio, en 2004; Ángel Illarramendi, por Héctor (2005); Mikel Salas, por Bajo las estrellas (2008) y Óscar Navarro, por La mula, en 2014.
La dirección de fotografía, imprescindible para trasladar a la pantalla la visión de la historia narrada por parte del director, es otra de las categorías que aporta calidad y prestigio a una película. En 2005, Javier Salmones fue nominado por Romasanta, a la caza de la bestia. Tres años más tarde, Bajo las estrellas, la cinta deFélix Viscarret, vio cómo se nominaba a su director de fotografía, Álvaro Gutiérrez. Juan Carlos Gómez, por 15 años y un día, en 2014 y Santiago Racaj, por Verano 1993, en 2018, completan la nómina de candidatos al Goya en esta categoría.
Si la fotografía aporta y define el punto de vista del director, el sonido y los efectos especiales son dos elementos que elevan la calidad final del producto cinematográfico. Un Goya y tres nominaciones más en esta categoría contemplan el historial de películas que pasaron por Málaga.
Daniel de Zayas, Jorge Marín y Maite Rivera fueron los artífices en el año 2009 del Goya al Mejor Sonido para Tres días, film dirigido por Francisco Javier Gutiérrezque se hizo con la Biznaga de Oro en 2008. Anteriormente, La vida mancha, en 2004, e Incautos, al año siguiente, también optaron al Goya. En 2018, El bar, de Álex de la Iglesia, película que inauguró el Festival de Málaga de 2017, ha sido la última cinta en luchar por el cabezón en esta categoría.
Romasanta, la caza de la bestia, fue la primera película presente en Málaga que optó al Goya a los Mejores Efectos Especiales. Corría el año 2005. Un rey en La Habana, al año siguiente; Tiempo sin aire, en 2016, y Gernika, en 2017, completan el póquer de películas candidatas en esta especialidad.
El montaje ordena, según el criterio del director, los diferentes planos y secuencias rodados estableciendo el orden, cronólogico o no, de la acción de la película. Elemento decisivo para la versión definitiva de una producción cinematográfica, tres han sido las candidatas al Goya en esta categoría que pudimos ver en Málaga:Incautos, obra de Miguel Bardem con montaje de Iván Aledo, en 2005; Requisitos para ser una persona normal, opera prima de Leticia Dolera con montaje de David Gallart, en 2016, y por último, el trabajo de Ana Pfaff y Didac Palou en Verano 1993, primer trabajo de Carla Simón, en los Goya de 2018.
Oficios como el maquillaje y el vestuario también han visto sus candidatos entre las películas que pasaron por Málaga. Hotel Danubio (2005), Hormigas en la boca(2006) y Por un puñado de besos (2015) optaron al Goya al Mejor Vestuario. Hotel Danubio repitió candidatura al Mejor maquillaje, junto a El calentito (2006) y Pieles, de Eduardo Casanova, en 2018.
Por último, la dirección artística de Rafael Palmero en El Alquimista impaciente, de Patricia Ferreira, en el año 2003, y la dirección de producción de Mireia Graell Vivancos, en Verano 1993, de Carla Simón, también recibieron candidaturas a los Goya en estas categorías.
Festival de Málaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario