miércoles, 1 de junio de 2016

La Guerra Civil, según Paul Preston y José Pablo García... Por Victor A Gómez

El dibujante malagueño, que triunfó con 'Las aventuras de Joselito', publica su empresa más ambiciosa: trasladar al arte secuencial el completo ensayo del hispanista británico sobre la contienda fratricida

Todo un tour de force: sus más de 200 páginas han sido creadas en sólo 6 meses.
José Pablo García copó los tops de lo mejor del cómic nacional del 2015 con Las aventuras de Joselito, una obra que demostraba a las claras la erudición simpática –sí, no hay antítesis en ello– en el arte secuencial del malagueño. Una de las fans de aquel poliédrico cómic sobre el pequeño ruiseñor fue Xisca Mas, por entonces editora de Debate, quien, ni corta ni perezosa, se puso en contacto con García para lanzarle un reto: adaptar al lenguaje comiquero uno de los libros más completos sobre la Guerra Civil, el escrito por Paul Preston. «A mí me pareció una verdadera burrada, por todo lo que abarca el libro (desde Fernando VII hasta la posguerra) y por el poco tiempo del que disponía para hacerlo dignamente; pero dije que sí a todo. No podía dejar escapar una oportunidad como aquélla». Ahora, poco menos de un año de aquello, llega esta semana a las librerías La Guerra Civil Española, un tour de force de más de 200 páginas.

Quizás lo que verdaderamente le atrajo a José Pablo del encargo fue que le sacaba de una supuesta zona de confort. «Jamás me hubiese embarcado en un proyecto así por iniciativa propia. Siempre me ha inspirado mucho respeto, ya que es un tema del que cada español tiene su propio trauma. La Guerra Civil sigue levantando ampollas, después de ochenta años hay asuntos que no se han acabado de resolver y aún estamos pagando sus consecuencias», nos cuenta.
El objetivo del cómic de García es ofrecer a las nuevas generaciones, a los que no tengan ni idea, ni tampoco demasiado interés, un retrato fidedigno de lo que ocurrió en nuestro país en aquellos decisivos años. ¿Cómo crear el anzuelo para que picaran? El dibujante lo tiene claro: «Pues tratándomelo de contar a mí mismo de forma atrayente, porque tengo serios problemas de atención. Con los apuntes de clase hacía exactamente lo mismo, llenaba con dibujos las hojas de apuntes para no perder el hilo y no aburrirme. Pero el ensayo de Preston no es para nada un mamotreto, va pasando de un asunto a otro con gran fluidez, sin dar respiro al lector».
¿Estará el malagueño preparado para leer críticas con frases como: «Si no había suficientes películas sobre la Guerra Civil, ¡Ahora se dedican a hacer también cómics sobre el conflicto!»? Responde: «Yo mismo he tenido ese tipo de prejuicios, pero carecen de fundamento: no hay tantas películas sobre la Guerra Civil como se cree. De hecho, harían falta muchísimas más obras que hiciesen llegar al espectador o lector una visión más completa del conflicto, que superasen el fácil y cómodo discurso del facha malo y el pobrecito rojo, y que ayudasen a comprender la complejidad de lo que ocurrió de una forma más honesta. Se trata del acontecimiento más relevante y terrible del pasado siglo en nuestro país y, posiblemente, el que mejor nos defina». De todas formas, José Pablo García matiza: «En el cómic español la Guerra Civil ya ha sido fuente de inspiración de varias obras imprescindibles. Sin ir más lejos, dos de los últimos premios nacionales, El arte de volar y Las serpientes ciegas, se ambientan en ella».
Resulta inevitable preguntarle por la opinión de Paul Preston sobre la traslación gráfica de su ensayo elaborada por García: «Paul fue revisando los capítulos a medida que los iba haciendo, pero en sus más de doscientas páginas sólo me ha corregido un par de viñetas. Tengo entendido que le ha gustado mucho, pero sólo hemos tenido contacto a través de la editorial. Espero conocerlo si baja a España y saber su opinión de primera mano».
Del proceso de construcción de La Guerra Civil Española extrae el dibujante malagueño valiosas lecciones: «He aprendido cuál es mi límite. Debido a lo apretado de los plazos de entrega, he procurado ir a lo esencial y no pararme en los detalles, pero en cuanto me descuidaba acababa metido en un berenjenal gráfico del que no sabía bien cómo salir. Viéndolo ahora impreso, no me explico cómo he podido tardar seis meses en acabarlo. Bueno, en verdad sí, pero no tengo intención de superar esta plusmarca por la cuenta que me trae». ¿Y ha aprendido algo de la contienda? «No sé cómo contestar a esto sin caer en lugares comunes soltando una frase de cuñado. Las conclusiones que pueden sacarse una vez leído el libro son un poquito desalentadoras, sobre todo en aquellas cuestiones que siguen en el mismo punto en el que estaban durante la Segunda República y en los errores que tendemos a repetir».
José Pablo García está ahora en otro reto: hoy mismo viaja a Palestina con la ONG Acción Contra el Hambre. «Quieren que cuente en un tebeo la labor que están desempeñando en Cisjordania y en Gaza. Aún no sé qué tono y forma le daré, pero supongo que será un cuaderno de viaje», adelanta el dibujante. Un nuevo capítulo de Las aventuras de José Pablo García.

Victor A Gómez

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