Hay algunos espectáculos que, pese a su aparente modestia, son capaces de sorprender al espectador por su avidez, por una ambición que proviene de la disciplina y cuyo resultado deja un excelente poso de contagio en las profundidades del patio de butacas. Este es el caso de ‘Decisiones’, una auténtica exhibición de estilos que el malagueño David Segura y su joven compañía, Beyond Dance, reestrena en la Sala Gades después de haber sido premiado con el Lorca a Mejor intérprete masculino de danza contemporánea. Ante un aforo de la Sala Gades que por poco se llena, Segura dio buena cuenta no sólo de sus argumentos como bailarín y coreógrafo, sino de lo bien que se deja acompañar por un solvente cuerpo de baile que se ha curtido a diario en ‘Happy Style Dance’, la escuela de danza que regenta su compañera de viaje, la bailarina Pepa Martín, y que cuenta con varios centenares de alumnos, algo que se deja notar en la audiencia y en el sentido didáctico con el que esta compañía adereza todos sus trabajos.
Para entender la naturaleza de esta obra, hay que tener presente que estamos ante un proyecto creado hace varios años para una pequeña performance al que se le han ido añadiendo más y más capas. El verdadero protagonismo de la obra recae en la batalla que se cierne sobre la toma de decisiones. La lucha entre la razón y la emoción aparece aquí como el detonante de un espectáculo en el que hay mezcla y remezcla de estilos, una fusión bien troceada de multiplicidades tanto técnicas como artísticas. Durante los 70 minutos que dura la obra tenemos rock en directo y magníficamente interpretado (ojo a esa versión de Portishead), pero también hay pinceladas de flamenco, ballet, break dance, acrobacias a cargo de la dupla de hermanos Ponce y hasta algún toque de baile de salón. La música también tiene voz en este armónico jaleo, y oscila entre el directo, la consecución de clásicos de Bach o de Schubert, y hasta la publicitaria y ya manoseada pista aflamencada ‘Orobroy’. Por su parte, el texto de ‘Decisiones’, que intercala la redacción propia con citas literales de Miguel de Unamuno, aparece en forma de clips de audio y recitado por el actor Miguel Ángel San Martín de una forma muy solemne y quizás con demasiada insistencia, pero que presenta la idéntica precisión en las formas que inunda a todo el conjunto. Y es que aquí también se habla de la disciplina, de la experiencia y de la madurez, formando un todo que, como en la anterior obra de esta compañía, ‘Ponte en sus zapatos’, se adentra en una especie de subgénero de espectáculos terapéuticos. Con todos estos ingredientes, lo que podría terminar provocando una amalgama de cosas no lo es en realidad, ya que todos estos recursos aparecen bien equilibrados y desarrollados con la precisión de bailarines que trabaja cada día, gente que ha dedicado su vida al baile y a enseñarlo. En este sentido, esta pequeña gran producción, que repetirá en las mismas tablas el fin de semana que viene, supone una lección de caligrafía para el lenguaje del cuerpo.
Txema Martín
Diario Sur
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