lunes, 25 de abril de 2016

Diario de Una Minina : Crónica de un Paseo

Este año he pisado la alfombra roja del Festival de cine de pura casualidad y por compromiso. Iba con un amigo a recoger su coche del depósito de la grúa, adonde el infalible servicio de apoyo a la circulación lo había llevado, circunstancia que no le quitó su buena disposición de ánimo, ni su ilusión por dejar impresa en la felpa roja la suela de su zapato. Y me arrastró con él. Le propuse que hiciésemos algo diferente, como tirarse en la alfombra o algo así, pero se limitó a pisarla sin más. Yo la atravesé sin que me surgiese ninguna emoción ante un hecho que sólo se produce una vez al año. Será que en la medida que voy perdiendo años, porque cada vez quedan menos, más difícil resulta que algo me estremezca de verdad. Las cosas que en otra época me habrían indignado, hoy me hacen reflexionar acerca del absurdo omnipresente. Como el que voy observando camino de regreso a mi casa por el paseo marítimo de la Ciudad del Paraíso.
Chica aislada del murmullo de las olas por sus auriculares sonríe a la pantalla de su móvil y no despega la mirada, perdiendo el cielo rosa y el mar turquesa.
Un joven come pipas al lado de una papelera. Una montaña de cascaras a sus pies. En qué momento se produjo el “error del sistema”?
La cantidad de perros es alarmantemente superior a los carritos de bebé.
Una madre tiende un paquete de gusanitos a su hijo obeso, condenándolo a pagar el día de mañana las consecuencias.
Un hombre corre con cara de sufrimiento. Hay mil maneras de hacer ejercicio disfrutando.
Las bicis causan preocupación por la integridad física de uno. Creo que caminar por la línea continua que separa los carriles de la autopista es más seguro.
El hombre que va tirando de su perro, regañándolo por sus propias frustraciones acumuladas. El perro obedece con indiferencia admirable. Será una herramienta de adaptación al entorno hostil?
La inmensa familia de gatos, habitantes de las piedras, cuyos miembros ostentan la falta de pico en la oreja izquierda, como la marca del pecado original, viven gracias a la bondad de los amantes de los felinos que les traen a diario el pienso. Ahora que lo pienso, teniendo belleza, gracia y dando una de cariñito y otra de indiferencia… No, esa fórmula no va conmigo, aunque tengo los dos apellidos felinos.Tatiana Minina
Artículos anteriores del Diario de Una Minina AQUI

1 comentario:

  1. Jose Ricardo Gómez Liñán Ayer cogi el coche para ir a los baños del Carmen . En el túnel nos quedamos atrapados . Una moto nos adelantaba a todos invadiendo el carril de dirección contraria , chocó con uno de los coches y con otra motocicleta que conducía una chica q se estampó contra otro coche. El motorista , ileso, se levantó y ante las protestas de todos se dió a la fuga.

    ResponderEliminar