martes, 19 de febrero de 2019

La tapicera del Perchel que llegó a la Exposición Universal de Chicago


LA EXPOSICIÓN
Título:'Emilia Rebollo. Artista malagueña de la tapicería y el estarcido en el siglo XIX
Lugar:Museo del Patrimonio Municipal. Paseo de Reding, 1.
Fecha:Hasta el 28 de abril.Horario:
De martes a domingo, de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 20.00 horas.
Entrada:Gratuita

La pionera malagueña Emilia Rebollo protagoniza la nueva exposición del Museo del Patrimonio
Nació en la calle Cerrojo cuando aquello parecía más lo segundo que lo primero. Se casó con 15 años y antes de los 26 era una viuda con dos hijos. Pero decidió seguir al frente del taller de tapicería que había regentado su marido en los bajos de un edificio de esa misma arteria de El Perchel. Sus vecinos del piso de arriba le presentaron a Juan Fort, su segundo marido, y con él la suerte siguió el paso del carácter. Participó en una primera exposición en la Sociedad Económica de Amigos del País. Luego mostró sus obras en Barcelona y de ahí dio el salto a Bruselas, Jerusalén, El Cairo y Suez hasta llegar a las Exposiciones Universales de Chicago (1893) y París (1900).



Es la fascinante historia de Emilia Rebollo, una mujer soberana en el siglo XIX, una artista que no pintaba cuadros ni tallaba esculturas, sino que llevaba su creatividad al terreno de las artes decorativas. Un personaje mantenido en la sombra hasta que la investigadora Matilde Torres ha puesto luz sobre su apasionante biografía y su singular trabajo, que ahora protagonizan la nueva exposición del Museo del Patrimonio Municipal.

«El reconocimiento que no tuvo en vida, lo está teniendo ahora», sostenía este martes Torres, comisaria de la exposición sobre Emilia Rebollo que podrá visitarse en el museo municipal hasta el próximo 28 de abril. Reflexionaba Torres sobre la vocación «pionera» de una mujer que, pese a todo, tuvo que someterse a las costumbres y las normas de la época. «Una mujer con mucho carácter y con las ideas muy claras», en palabras de Torres, que vio cómo en los envíos de materiales para sus creaciones, el remitente era siempre su marido, Juan Fort, con la misma coletilla bajo su nombre, entre paréntesis: «Para doña Emilia».


Se presentaba Emilia Rebollo como «tapicera adornista decorativa».Un título modesto para una mujer que recibió, entre otras distinciones, diecisiete medallas de oro de varias exposiciones europeas, la Medalla de Honor Cruz Laureada en Rusia, la Medalla de Honor en Bélgica y que fue miembro fundador del Museo Artístico y Científico de Palestina, sin olvidar su inclusión en la Sociedad Científica Europea. Algunos de esos galones forman parte de una selecta muestra reunida en el Museo del Patrimonio Municipal con una selección de sus trabajos, la mayoría de ellos conservados por sus descendientes en la Hacienda El Álamo.

Mobiliario, diversos trabajos en tapicería, una de las muy pocas pinturas que realizó y varios ejemplos de una técnica que llevó Rebollo hasta altas cotas de minuciosidad y preciosismo: el estarcido. Se trata de un método decorativo que consiste en la superposición de diferentes capas que se van estampando sobre la madera hasta componer una escena, en el caso de Rebollo, casi siempre un motivo vegetal. La malagueña empleaba yeso sobre madera oscura, que luego lacaba al estilo japonés, tan de moda en aquellos años.

Rebollo llegó hasta ese sistema después de ver cómo el cuerpo se resentía de sus años como tapicera. El esfuerzo físico le dejó casi inutilizada la mano izquierda y los bordados en capitoné dieron paso a los estampados orientalistas. Ambas facetas conviven ahora en la planta baja del Museo del Patrimonio Municipal, que recupera un bien tangible, las obras de Emilia Rebollo, y otro intangible, la reivindicación de su figura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario