Recuerdo que, tragedias aparte, me costó asimilar algo tan raro como una escena donde la delicadeza vestida de rosa Chanel gateaba por encima de un Continental Convertible y tiraba de un marido aterrorizado que se asía el cuello con las manos porque este acaba de recibir un disparo en la cabeza. Tampoco olvidaremos fácilmente los de mi generación a esa viuda bajo un paraguas negro y envuelta en negro velo y de la mano de dos niñitos y con la mirada perdida en algún punto del cementerio de Arlington, como siempre la recordaremos también, un poco más tarde, a bordo de yates de lujo junto al millonario más famoso del planeta Tierra y a punto de divorciarse de él. Pero muchas veces me pregunté si la verdadera desgracia de esta primera dama, viuda, recasada, casi divorciada y vuelta a enviudar no tendría que ver con su permanente cercanía a un poder tan poderoso, que da miedo.
Es casi obvio que el Poder se da de tortas con la libertad ajena, pero lo que ya no se ve tan claro, aun siendo completamente cierto, es que es el enemigo número uno de quien lo detenta. Tanto tienes, tanto esclavo eres, así fue siempre y así será por los siglos de los siglos y amén.
Manuel MataTodos los Personajes de Mata AQUI
No hay comentarios:
Publicar un comentario