viernes, 25 de noviembre de 2016

Málaga se está convirtiendo en la nueva capital del arte en españa... por Araceli Martin

Los jóvenes creativos que se marchaban en busca de un futuro laboral, ahora vuelven a una ciudad que está poniendo todo su esfuerzo para convertirse en mecenas de la cultura nacional e internacional.

Con una media de 2.901 horas de sol anuales, una eterna primavera, una buena gastronomía, el mar y precios asequibles, bien podría ser el destino perfecto para cualquier ser humano con dos dedos de frente. Pero, ¿qué tiene realmente Málaga que tanto atrae pero provoca huida?

El paro es sin duda un problema en una ciudad donde sin embargo se respira alegría. Somos muchos los que nos hemos tenido que ir de una ciudad muy cómoda para encontrar lo que en su momento Málaga no nos ofrecía. Esto ha ido cambiando con el paso de los años y muchos de los que nos fuimos ya no vemos la vuelta una posibilidad tan lejana. Algunos valientes ya están de vuelta, que junto a los que apostaron por quedarse, están consiguiendo un cambio en una ciudad que promete.

Bien es cierto que en los últimos años la ciudad ha tenido un cambio brutal en todos los sentidos, pues por fin parece que la cultura ocupa un lugar importante en la capital de la Costa del Sol, de donde básicamente se vive del turismo.

Desde hace unos años se han ido abriendo numerosos museos: el CAC, Museo Picasso, Museo Carmen Thyssen, el Museo Ruso, Pompidou…muchos de ellos han sido criticados por no albergar siempre en su interior la obra de artistas malagueños. Cierto es que hay que contribuir a difundir la obra que nace en la ciudad, pero también lo es que para aprender -y sobre todo para avanzar- hay que salir fuera y descubrir qué es lo que hacen los demás para seguir adelante.







Imagen vía @cacmalaga

Mi opinión, malagueña de nacimiento, es que hay que ver el lado positivo, ya que con una buena gestión y muchas ganas el resultado sólo puede ser productivo, prueba de ellos son los proyectos paralelos que han ido surgiendo en estos últimos años en el entorno artístico.

El Centro de Arte Contemporáneo (CAC), fue de los primeros en abrirse camino trayendo a artistas de reconocimiento mundial con posibilidad de ver su obra de forma totalmente gratuita. Aún recuerdo la exposición de los hermanos Chapman, integrantes del movimiento Young British Artists; una exposición y un tipo de arte que hasta ese momento, si no habías salido fuera, era imposible de ver en Málaga. Era atrevido, diferente y sobre todo actual. Por sus salas han pasado una infinidad de artistas de todas las disciplinas como Anish Kapoor, Marina Abramovic o KAWS y ha sido uno de los pocos museos españoles que ha colgado en sus paredes la obra de artistas urbanos e incluso albergar una colección de 'Toys'.

Gracias a ellos y junto al Ayuntamiento de Málaga, surgió MAUS (Málaga Arte Urbano en el Soho), iniciativa de renovación urbana del Soho de Málaga -conocido como Muelle de Heredia de toda la vida-. Gracias a este proyecto visitaron Málaga artistas urbanos mundialmente conocidos como Obey, D*Face o Mode2, entre otros, y le dieron a Málaga una visibilidad hasta el momento totalmente ciega en cuanto al mundo del graffitti; pintando edificios, murales y fachadas. También contribuyeron a esta intervención artistas malagueños como Javier Calleja, Mamen Morillas o Dadi Dreucol entre otros. Todo esto supuso un revuelo durante meses tanto a nivel mediático como en la propia ciudad.







Imagen vía @mausmalaga

Otra sorpresa nos llevamos cuando Carmen Thyssen decide tener un museo centrado en la pintura y con los fondos de su propia colección en Málaga. Escogiendo uno de los palacetes más bonitos del centro de Málaga en una zona bastante descuidada durante años, actualmente conocida como 'entorno Thyssen' y con un buen lavado de cara. Este centro además convoca residencias de artistas de dos meses para desarrollar un proyecto de creación-educación, con un contrato temporal por obra y servicio durante dos meses para desarrollar el proyecto; una jornada de 25 horas semanales por 1000 euros mensuales y en el caso de traslado de residencia, se añaden 200 euros. Unas condiciones que en el mundo laboral actual no existen.

Se podría seguir hablando del Museo Ruso, centrado exclusivamente en la producción del país, siendo Málaga la primera sede en Europa Occidental de este museo estatal. O de la sede que el Centre Pompidou tiene en Málaga, siendo la única ciudad en el mundo aparte de Metz que cuenta con parte de la colección del museo parisino. Pero lo que realmente está haciendo que Málaga cambie son esos proyectos o instituciones que con un presupuesto mucho más reducido están consiguiendo que las cosas se estén enfocando y que Málaga sea un punto de mira para muchos artistas.

La Térmica (de la Diputación de Málaga), es un espacio de referencia cultural que funciona como centro de creación y producción cultural. Hacen exposiciones, talleres, conferencias, conciertos y cualquier actividad que puedas imaginar relacionada con la cultura. En la Térmica se celebró durante dos años consecutivos un festival centrado en la moda, La Térmica Fashion Weekend, en el cual diseñadores de toda España formaban un mercado en el que vendían sus diseños. Mesas redondas con estilistas, fotógrafos, conferencias y Djs para el fin de fiesta. Lástima que resultara más conocido fuera de Málaga que en la propia ciudad…







Imagen vía @thyssenmalaga

Su residencia de creadores ofrece seis plazas, en régimen de alojamiento y manutención, durante cuatro meses. Cada plaza, además, está dotada con 2.400 €, en concepto de gastos ocasionados por el desarrollo de cada proyecto y te ofrecen un estudio donde trabajar.

Un cambio importante en el panorama artístico malagueño fue la apertura de la facultad de Bellas Artes hace unos años. Hasta el momento tenías que ir a Sevilla o Granada -o salir fuera de Andalucía- para estudiar la carrera. Además, a todos los titulados en la facultad se le ofrece la posibilidad de realizar residencias artísticas en las instalaciones de GLO'ART en Bélgica. Con una estancia entre 3 y 4 semanas, viaje de ida y vuelta pagado, estancia, dietas y 1.000 € para financiar tu obra, una vez acabada se queda allí para formar parte de la colección.

La escuela de Arte San Telmo junto a la revista Staf organizan Moments, unas jornadas de estudio de la cultura independiente, que en su tercera edición y durante una semana han proyectado documentales, exposiciones de arte, música, skate o fotografía en las salas de la Escuela de Arte San Telmo y Ateneo de Málaga, además de workshops y encuentros con artistas y activistas culturales.







Imagen vía @museorusomalaga

El barrio de las Lagunillas es otro de los barrios marginales en vías de desarrollo, barrio de casas antiguas y casi sin edificios. El plan urbanístico que se propuso para la zona no llegó a terminarse y el empobrecimiento del barrio parecía llevarlo a la decadencia. Afortunadamente, los vecinos se negaron a aceptar tal situación y comenzaron a aprovechar la cultura como herramienta de cambio. Por sus calles te encuentras graffittis de artistas malagueños; el festival de fotografía UPHO escogió esta zona para exponer en sus fachadas la obra de fotógrafos malagueños y es aquí donde se encuentra La polivalente, bar y espacio cultural donde se organizan exposiciones y talleres.

La casa amarilla, Cienfuegos o el Museo Jorge Rando, ofrecen su espacio a artistas para desarrollar su proyecto artístico, pero también los hay quienes ofrecen su propia casa como museo, taller o encuentro entre artistas. Ellos son Pedro Okaña con Villa Puchero y Pedro Alarcón con Casa Sostoa, ambos han convertido sus viviendas en punto de encuentro y centro de producción entre artistas e interesados en el arte. En sus paredes cuelgan obras de artistas locales emergentes. Allí no hay carteles y la única condición es que el artista hable sobre su obra.

Que Málaga está en un proceso de cambio es un hecho, antes era impensable tener la posibilidad de ver una exposición de Ryan McGinley como la que se inaugura en La Térmica o la de Mark Ryden en el CAC, y en general tener una propuesta cultural amplia y nutrirte de ello. La ciudad se está convirtiendo en un destino de reconocimiento artístico. Y si a esto le sumas la posibilidad de ir a la playa en diciembre, disfrutar del sol el 99% del tiempo, comerte unos espetos por 2 euros y tomarte una copa mirando al mar, te das cuenta que Málaga es calidad de vida. Es una ciudad que aún le queda un largo camino por delante, pero al menos, ese camino ya tiene un comienzo.

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