Coles en Bruselas
Banderas ondean como soflamas en Barcelona -otra de las ciudades claves en la vida del genio malagueño- tras la decisión judicial de recluir a casi todo el gobierno catalán saliente, incluido al president que se salió a Bruselas, a la chita despistando, agravando así el riesgo de fuga que ha argumentado la juez para hacer caer todo el peso de la ley, no sólo una parte, sobre sus ex consejeros, tal y como pedía el fiscal De la Maza usando como tal su apellido. La decisión era esperada para algunos y esperable para otros. Y no es lo mismo una cosa que la otra. Como preferido no es lo mismo que preferible. Gente sensata que lleva con las manos echadas a la cabeza desde que comenzó el procés quizá habría preferido, harta de la irresponsabilidad de quienes han seguido a Puigdemont y Junqueras, que terminaran en la cárcel antes de hacer más daño a la arcádica ilusión de los suyos, a la esperanza de que el suflé bajara de los amilanados catalanes no independentistas, a la convivencia entre ambos y a la economía de todos; pero sabían que era preferible que el encarcelamiento no se produjese.
Un Franco, 14 independentistas
No hay tanques en las calles catalanas conducidos por Franco. Pero la imagen de unos pésimos políticos encarcelados era la que necesitaban muchos para resucitarle. Es verdad que el delito de rebelión no parece de este siglo, aunque se hayan rebelado institucionalmente quienes ahora están en la cárcel. Pero lo de la violencia que acompaña a ese delito (Código Penal, artículo 472: Son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente€), identificada por la jueza en la llamada desde el govern a la algarada callejera y en la autoridad que tenían sobre miles de personas armadas puestas a su servicio, en alusión a los mossos, puede compartirse o no. En todo caso, delitos cometieron y la Constitución se la pasaron por el forro, para culminar aprobando por 70 votos en el Parlament -cuando sólo para cambiar un artículo del Estatut hacen falta 90- una república independiente, aprovechando las instituciones que había puesto en sus manos el mismo estado español al que calificaban como estado opresor. Y los delitos se pagan.
Orangután en Sumatra
Al tiempo que se publicaba el auto de la juez Lamela decretando la prisión preventiva sin fianza (excepto en el caso de Santi Vila, el ex conseller no independentista recibido con algún grito de traidor por los ex suyos a su entrada en la Audiencia Nacional), se publicaba también el descubrimiento de un nuevo simio en Sumatra. Se trata de un orangután calificado ya en riesgo de extinción y desconocido hasta ahora, en parte porque vive separado del resto de grandes simios, escondido y aislado en lo más profundo de la selva. Dan ganas de irse con él. Llevamos casi un año no hablando más que de la tensión creciente en Cataluña, creada por quienes, desde las instituciones catalanas, deberían haber trabajado para la distensión y la convivencia, y haber primado la atención presupuestaria a los problemas reales de la mayoría de los ciudadanos, no a ninguna revolución pija y anacrónica. Por eso, sobre todo por su culpa, hasta el último momento en que podrían haber tomado la iniciativa convocando ellos las elecciones catalanas y llamarlas plebiscitarias y todo ese bla bla bla, hemos llegado a este punto que no gusta a casi nadie.
Separación de poderes
Todas las decisiones judiciales no son acertadas y algunas merecen ser recurridas. Pero no es cierto que esta orden de prisión lo haya ordenado Rajoy, ni que políticamente le convenga. Como tampoco la detención del presunto corrupto comisario Villarejo, recién conocida. Resulta difícil creer que el Gobierno le haya apretado ahora a De la Maza (a pesar de su censurada actuación en la Púnica). Incluidas las elecciones del 21 de diciembre, las decisiones del Gobierno en el pulso independentista han sido acertadas -excepto el fracaso de Interior el 1 de octubre, con violencia por ambas partes para, al final, no evitar que también hubiese urnas en el testarudamente negado referéndum ilegal- Harto de tanto surrealismo uno echa de menos a su mejor humorista, el querido Chiquito, que está de nuevo ingresado en el hospital€ Porque hoy es Sábado.
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