Para un malagueño casi todas las experiencias vividas en los países del norte están marcadas por la temperatura
Hay novelas, poemas o fragmentos de literatura que se te quedan adheridos a la memoria tanto como un olor o con un sonido. La música es uno de los máximos exponentes de ese poderoso efecto pegajoso y escuchar un disco antiguo de esos que marcaron una época tuya supone revivir esa emoción, sorprenderte de que te sabes todavía la letra de una canción a la que llevabas años sin echar cuentas. A mí me pasa algo parecido con el comienzo de 'Trópico de Capricornio', de Henry Miller. Tiene un principio brillante, antológico, donde casi sin que te des cuenta empieza a despotricar de las personas que viven en los países nórdicos, en general en los lugares heladores, donde según Miller hay ciudadanos que son víctimas de la inercia y que viven condenados a la doctrina del frío, del trabajo y de la limpieza. En unos pocos párrafos Miller destroza sin piedad a medio hemisferio norte. Les llama idiotas, y en la edición que tengo esa palabra aparece en cursiva, como si la editorial quisiera ahorrarse una demanda por calumnias, acusada por una asociación en defensa del pueblo nórdico o similar.
De ese puñado de líneas hay que acordarse siempre que hace frío pero sobre todo cuando se viaja a países heladores y uno descubre con tanto asombro que allí en invierno la gente normal no sale. Durante un montón de días sólo abandonan sus casas para trabajar y si acaso para tareas imperativas o fisiológicas, recados, papeleos y burocracia. El lugar más frígido en el que he estado fue en el norte de Holanda, en plena ola de frío. El mar estaba congelado y la gente no salía de sus casas ni para asomarse, excepto aquellos que se quedaban refugiados o más bien atrapados en las peligrosas cafeterías de aquel país. Como es natural, para un malagueño casi todas las experiencias vividas en los países del norte están marcadas por la temperatura. Hoy me han venido a la cabeza esos párrafos de Miller cuando leo que Finlandia se ha colocado de nuevo en el número uno en el ranking mundial de los países más felices del mundo. Allí son tan conscientes de su propia felicidad que en su instituto de estadísticas hay un apartado llamado 'Finlandia, entre las mejores del mundo'. En la página te hablan de lo bien que viven, y además lo hacen aportando datos científicos; circunstancias totalmente irreprochables que van de lo bajo de sus crímenes hasta su escrupuloso respeto por el medio ambiente. Su igualdad, lo listos que son los niños que nacen allí y una salud que hace de los finlandeses seres casi inmortales. En este ranking España aparece en el número 36, hemos bajado dos puestos. En general el top 10 está marcado por países fríos, como si en el norte se viviera mejor, una insinuación que visto desde aquí parece una frialdad, dicho sea desde una ciudad como Málaga que es muy de ranking y que está empeñada en ser visitada pero en donde se vive bastante bien, y en la que no dan ningunas ganas de mudarse a Finlandia.
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