Hoy a las 21:00 en el Martín Carpena
El conjunto argentino presenta este fin de semana en Málaga ‘Chist’, una antología de sus mejores números y canciones
Las supuestas obras de Johan Sebastian Mastropiero han sido escuchadas, hasta la fecha, por 9 millones de personas en todo el mundo. En realidad, la complicada vida de este compositor no es sino el fruto de un chiste que dura ya 50 años; el tiempo que Les Luthiers lleva sobre el escenario.
Junto a Mastropiero conviven en este mundo inventado, entre otros, el cantautor Manuel Darío, que a pesar de no haber pasado nunca de segundo grado (curso), consiguió hacerse un hueco en el mundo artístico. Y eso que su padre ya le había regalado su primera guitarra. «Sí, se la quité, y la regalé», admite su progenitor.
El repaso a estos y otros personajes de su carrera es la intención de ‘Chist’, una gira convertida en antología con la que celebran medio siglo encima del escenario, y que se produce justo después de dos eventos claves: en la parte positiva, la consecución del Premio Princesa de Asturias; y en la negativa, el fallecimiento de unos de los miembros históricos del conjunto argentino, Daniel Rabinovich.
De esta manera, algunos de los pasajes más relevantes de sus diferentes espectáculos tendrán el hilo conductor de una historia de dos políticos corruptos que quieren cambiar el himno nacional a su conveniencia. «Lo de los políticos corruptos en España viene muy bien, como ha ido muy bien en todo el mundo de habla hispana», explicó ayer en una rueda de prensa previa Horacio Turano, aunque su compañero Martín O’Connor matizó, entre risas, que la única inspiración de esta historia ha sido «la imaginación», porque ellos, de políticos corruptos «no entienden mucho».
Además, el histórico Marcos Mundstock sostuvo que uno de los secretos de la permanencia del grupo es que nunca mencionan «nombres y apellidos» y siempre usan «prototipos». «El número de los políticos corruptos se estrenó en 1996, y se sigue haciendo exactamente igual, en Argentina y en los demás países. No nos inspiramos en ninguno en especial, sino en lo posible de todos», añadió.
Los integrantes de les Luthiers , conocedores de que el asunto del himno está en España de plena actualidad, afirmaron que esta historia de unos políticos que cambian el himno «les viene muy bien a los españoles», que después de ver eso van a estar felices de no tener letra.
Reconocimiento
De estos cincuenta años de carrera, Mundstock califica como «la culminación en materia de honores» la recepción del Premio Princesa de Asturias de Comunicación de Humanidades, y también el doctorado «honoris causa» en la Universidad de Buenos Aires, en cuyos coros «se formó el grupo».
Otra de las voces más reconocible de Les Luthiers, Jorge Maronna, relató que la primera actuación en España se produjo en 1974, un momento en el que «ese pobre primer público no sabía lo que iba a ver, porque no había discos ni vídeos, y tenían que aprender el código de Les Luthiers». A su juicio, resultaba difícil explicar en las entrevistas cómo era el espectáculo, y la gente tardaba en entrar en el código. «Ahora salimos a saludar y ya todo el mundo sabe de qué se trata», agregó, a lo que Carlos López Puccioañadió que en aquella primera visita a España tuvieron una experiencia con la censura.
En cuanto a las piezas que se podrán ver en el espectáculo, los miembros de Les Luthiers adelantaron algunas de ellas, como ‘Manuel Darío’, ‘El bolero de los celos’, ‘La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa’, ‘Solo necesitamo’s, ‘La hija de Escipión’ y ‘Encuentro en el restaurante’; extraídas de los espectáculos ‘Mastropiero que Nunca’, ‘Bromato de Armonio’, ‘Viegésimo Aniversario’, ‘Unen Canto con Humor’ y ‘Por Humor al Arte’.
Atras quedan, eso sí, los hilarantes diálogos de Mundstock con Rabinovich en ‘Radio Tertulia’ («nuestra información, y la ‘tulia’»); o ‘Televísio’ («la mejor ‘programasio’»); aunque sus nuevos miembros, Horacio Turano y Martin o’Connor, prometen traer savia nueva a un conjunto que siempre ha sido moderno, aunque hayan tenido que censurar, a veces, a las nuevas generaciones. «Los jóvenes de hoy en día, ya no distinguen el mal del bien; ya no hay ley, ya no hay derecho, solo sexo es lo que ven»; un ‘RIP al Rap’ que volverá a escucharse en el Martín Carpena.
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