viernes, 11 de noviembre de 2016

Algunas formas de 'shock'... por Pablo Bujalance.

Foto: J. Albiñana
Al Di Meola seduce al público malagueño en su concierto en el Teatro Cervantes dentro del XXX Festival de Jazz.


Difícil expresar con palabras el virtuosismo de Al Di Meola. Difícil contar la verdad que hay en su música. Imposible seguir con la mirada sus vertiginosos dedos acariciando la guitarra. Pero qué fácil es concentrarse en sus notas, atender un concierto que pasó por Málaga como un estallido. Qué sencillo disfrutar de un sonido que llega directo al corazón lanzado con toda la fuerza de quien tiene en la guitarra clásica toda su pasión.

Hacía tiempo que el norteamericano Al Di Meola no pisaba tierras malagueñas. Él mismo se excusó, quizás porque su vida también está ligada en buena parte a España, a "la tierra de la guitarra" como el propio músico subrayó. Lo dijo cuando el público le ovacionaba y se levantaba para aplaudir, un Teatro Cervantes prácticamente lleno que gozó durante las casi dos horas de concierto. Se refirió entonces a Trump ("estoy en shock", dijo con humor) pero muy especialmente a Paco de Lucía, con quien se subió al escenario en numerosas ocasiones y al que homenajeó con Mediterránean sundance. Tema que tan bien ejecutaron juntos Di Meola, De Lucía y John McLaughlin y que en esta ocasión tocó junto al guitarrista cordobés José Antonio Rodríguez. Di Meola dijo que le seguía desde hace tiempo y quiso invitarlo a participar en un par de temas y, a pesar de que se habían conocido la misma tarde del concierto, el andaluz bordó su actuación.

El músico norteamericano estuvo acompañado durante el resto del concierto del guitarrista italiano Paolo Peo Alfonsi, quien le acompaña en una gira por Europa que comenzó en Alemania a finales de octubre y acabará allí mismo a finales de noviembre. Un dúo que se acercó a temas de Elysium, el último disco de Di Meola, así como piezas como Double Concerto y Café 1930 de Astor Piazzolla o She´s leaving home, de Paul McCartney y John Lennon. Sin olvidar, por supuesto, temas propios como Stephanie (dedicado a su mujer) o Misterio, con el que rompió el hielo en Málaga, convirtiendo al Teatro Cervantes en todo un oasis durante casi dos horas. Un lugar donde olvidarse de la que está cayendo y, sobre todo, de lo que parece que caerá.

Málaga tuvo la suerte el jueves noche de disfrutar de una de las mejores guitarras del planeta en esta XXX edición del Festival de Jazz. Un evento que está teniendo un enorme recorrido y que ha inundado la capital de la Costa del Sol de buena música. Todo un placer.

Pablo Bujalance.

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