domingo, 11 de junio de 2017

Un Millón de Euros ... por Pablo Aranda

El lunes un cliente enfadado destrozó la cristalera de un banco y el miércoles una banquera motivada compró un banco por un euro. Un banco entero con sus cuatro millones de clientes, sus trescientos mil accionistas, doce mil clientes, mil setecientas sucursales cada una con su cristalera, menudo botín. El Banco Popular tiene en Málaga trescientos cincuenta empleados y cuarenta y cinco sucursales, tras los últimos recortes. El banco de Ana Botín ha pagado un euro por el banco de Emilio Saracho, que ha hecho caja. Saracho decía ayer que había fracasado y que no volverá a hacer nada parecido en su vida. En febrero el Popular contrató a Saracho para salvar al banco. Lo ficharon por cuatro millones de euros, como un futbolista barato, más un sueldo de más de un millón al año. Algo más de cuarenta mil euros diarios en su último empleo, sin contar los cuatro millones. Yo tampoco volvería a hacer nada parecido. El otro día cené con un autor que, con sus libros, ha ganado un millón de euros, algo insólito, y no sólo porque pagamos a medias la cena (es verdad que yo comí más). Me confesó que el dinero ya no le motiva. Es curioso, algunas personas al ganar un millón de euros dejan de preocuparse por el dinero. Ahora que busco vuelos para mis vacaciones, me da por imaginar lo fácil que resultaría hacerlo con un millón de euros en el banco. Aunque igual lo tienes como accionista y una banquera compra tu banco por un euro, cuando vale mucho menos, y pierdes tus acciones y, cuando al fin encuentres un vuelo barato en un avión donde la gente se empuja para encontrar un asiento igual de estrecho que el tuyo, te pondrás a llorar a diez mil metros de altura, lágrimas que nunca llegarán al suelo.

O a lo mejor no tienes un millón, todavía, pero trabajas en el Popular y a ver cómo reservas un vuelo sin saber si tendrás que irte a vivir con el abuelo, que fue picador. Quién pudiera hacerse un Saracho. Un trabajo de tres meses por cuatro millones más cuarenta mil al día. Así tiene que dar gusto visitar la feria del libro y comprar todos esas novelas que miras y te dicen devórame, que viene el verano y querrás leer, como en invierno. Otro autor que en su día alcanzó casi el millón de euros se me quejaba de que vende más en Bilbao que en Málaga. Le comenté la diferencia entre el salario medio de ambas ciudades. Voy a dejar de juntarme con autores que llegan al millón. O seguir juntándome pero sin hacerles mucho caso, como antes. Si uno se administra bien le llega hasta para comprar libros todos los meses. Y sin tener que contar en las largas noches de insomnio la de millones que algunas decenas de miles de personas han perdido también por tu culpa. No me quejo, vivo estupendamente. Sin embargo, como dijo una vez Manuel Alcántara que dijo un amigo suyo: quiero vivir como vivo, pero pudiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario