domingo, 11 de junio de 2017

Antonio "el Pipa " : «Cada día bailo más como me da la gana»

Antonio Pipa, bailaor. No cambia la experiencia de los 46 por la fuerza de los 26. Este domingo celebra sus dos décadas de compañía en el Cervantes
Por más que el tango pregone que 20 años no es nada, dos décadas al frente de una compañía privada tiene algo de heroico. Como poco, merece una buen fiesta. El jerezano Antonio El Pipa celebra su aniversario bailando en la V Bienal de Flamenco de Málaga con ‘Así que pasen 20 años’ en el Teatro Cervantes. Han sido muchos «no puedo más» y alguna que otra temporada en la cuerda floja del IVA al 21%. «Pero yo ahora ni me acuerdo ni me quiero acordar», dice entre risas el gitano de ‘los del Pipa’. En Málaga bailará al compás de Juana la del Pipa, su tía. «Escucharla cantar por soleá sigue siendo uno de los privilegios que te regala el flamenco», sentencia.

–Cuenta que la compañía nació de la ignorante locura. Si supiera lo que ahora sabe, ¿repetiría?
–Ignorante y bendita locura, porque muchas veces es mejor no saber qué va a pasar, si lo supieras no lo acometías. Pero yo creo que lo volvería a intentar una y mil veces, porque todo lo que sea luchar por sueños y por hacer lo que más te gusta hay que intentarlo. Lo volvería hacer pero de forma ignorante. Con todo lo que hoy sé, sería mucho más difícil y más exigente conmigo mismo.



–¿Ha habido muchos momentos de decir «no puedo más»?
–Y sigo diciéndolo (ríe). Cada vez que uno tiene que sobreponerse, reinventarse y enfrentarse a lo que todos nos enfrentamos, como esta crisis, lo dices. Y si tenemos problemas con la vivienda, con la sanidad y con la educación, imagínate dónde se ha quedado la cultura. Los que somos compañía privada tenemos la obligación de seguir adelante.
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–¿La compañía ha peligrado en algún momento?
–Levantar un telón nos ha costado hasta ahora un 21% de IVA y un 10% de autores. Si a esto le sumas viajes, hoteles, dietas de la compañía, publicidad, ‘marketing’ y todo lo que conlleva, imagínate si es difícil para las compañías privadas. Seguramente habrá peligrado, pero yo ahora ni me acuerdo ni me quiero acordar (ríe).
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–Mejor tener memoria selectiva.
–Prefiero tenerla. Sí me acuerdo que el 16 de febrero de 1997 se subía el telón del Lope de Vega de Sevilla con una compañía que solo tenía ilusiones, y que hoy sigue aquí. El cumpleaños lo celebro en escena y eso es lo más bonito. Pero quiero ser honesto con la verdad y la vida, artísticamente, me ha tratado muy bien, no tengo mucho derecho a la queja.

–Este año cumplirá los 47, ¿volvería a la fuerza del baile de los 27?
–No, para nada. Con 27 años se tiene más fuerza física, pero el peso con el que me siento ahora en el escenario solo te lo da la experiencia. Cada día bailo más como me da la gana, como lo siento.

–¿Y eso?
–Nunca he hecho caso a las modas, pero a estas alturas menos. Si algo me colocó en el lugar que tengo es el haber sido muy honesto a mi propio criterio, el haber sido muy respetuoso con los cánones de los mayores y haber respetado mucho a los gitanos viejos de mi tierra y a quienes escribieron páginas de oro en el flamenco.

–¿Qué opina entonces del flamenco contemporáneo?
–Lo respeto, el flamenco es un arte vivo y como tal sigue evolucionando con las nuevas generaciones. Me gusta verlo en ellos, porque ellos no tuvieron quizás lo que yo viví cuando tenía 15 o 18 años, no todo el mundo ha tenido la suerte de tener su familia como maestra. Me nutro de las generaciones nueva y al igual que yo hice con mis mayores, ellos también necesitan referentes para buscar después sus propias personalidades. Para las copias ya existieron los grandes.

–Hace unos días Rocío Molina recibió el MAX a la mejor intérprete de danza. Una bailaora flamenca nada convencional...
–Pues fíjate, Rocío fue alumna mía en Málaga. Para que veas qué bonito es ver que gente que ha estudiado contigo desarrolla su propia personalidad. Admiro muchísimo a Rocío y me parece estupendo que alguien que supo aprender de los que estábamos ahí, haya emprendido su camino.

–Ahora el reto es cumplir otros 20...
–Para mí ya el reto es seguir disfrutando del escenario. Ojalá diga adiós a la vida con las botas puestas. Pienso que para mí no habrá jubilación, para mí bailar es como respirar.

–Imagino que el cuerpo sufre.
–Pero te aseguro que es el sufrimiento más sano que podamos tener. El baile sana y te da vida. Cuando no lo tenga, ¡ay de mí!

Regina Sotorrio

El espectáculo: ‘Así que pasen 20 años (1997 - 2017)’.
Coreografía y dirección artística: Antonio El Pipa.
Lugar: Teatro Cervantes.
Fecha: Domingo, 11 de junio, a las 19.00 horas.
Entradas: Entre 11 y 30 euros.

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