jueves, 14 de septiembre de 2017

La Portada de Litoral



Torremolinos. De pueblo a mito **Edición especial**
Número especial
(no es número de la revista Litoral)
Año 2017
Páginas 248
Encuadernación: Rústica con tapa dura

«Cuando los dinosaurios dominaban la tierra —escribe Alfredo Taján, editor de este número especial de la Revista LITORAL titulado Torremolinos, de pueblo a mito—, Torremolinos ya existía y se comunicaba con los dioses del Olimpo». Y así fue, este mágico enclave sedujo a los dioses por su fastuosa ambigüedad enrocada en arenas blancas sobre las que, desde hace un siglo, toman el sol iguanas, lagartos y lagartasde distinta condición y territorio, todas extasiadas e inmóviles. La villa atrajo a dioses y a viajeros, o a ambos a la vez. Diamante en bruto de la costa sur mediterránea, reza la consigna de un colorido cartel del Ministerio de Información y Turismo, editado en el 73. Desde el principio de los tiempos, radiantes astros han iluminado la peculiar hoja de ruta de este Torremolinos que veremos transformarse de pueblo a mito,y que ahora usted, lector, va a visitar nada más empuje la puerta y disfrute de un riguroso compendio de mentiras que no dicen sino la verdad. Le aseguramos que va a descubrir la constelación de circunstancias que transformaron a una pequeña localidad de la Costa del Sol en el refugio de un nomadismo cosmopolita que se topó con aquel Eldorado que daba por perdido y que terminó convirtiéndose en uno de los destinos más liberticidas, sun, sea and sex a mansalva, del turismo internacional.

Torremolinos, hotel de hoteles, resistió las redadas policiales del Ancien régime al que, no obstante, no le tembló la mano para trocar moralidad por divisas. Además, en este espacio transitable se produjo una heráldica excepcional compuesta por poetas, novelistas, presidentes derrocados, princesas repudiadas, suecas que resultaron ser suecos, aristócratas de costumbres helénicas, estrellas del rock y del celuloide, damas y travestis cuyas beldades cortaban el aliento, traficantes de mejunjes psicodélicos, o de cualquier mercadería, visible o no, anticuarios, pintores, escultores, joyeros y arquitectos visionarios, seguidos de un largo etcétera de seres anónimos a los que no se les conocía oficio ni beneficio pero crearon atmósfera, dibujaron el paisaje humano, hicieron el resto. Torremolinos se ha constituido como un no-lugardonde han confluido viajeros de todas las galaxias, siempre en tránsito, siempre en fuga, pasajeros que al llegar se están yendo, o si se quedan, lo hacen esclavizados por la costumbre giróvaga del laissez faire.

Esta curiosa miscelánea de personajes y situaciones intercambiables se ha podido engarzar gracias a medio centenar de valiosas firmas, entre otras las de Salvador Moreno Peralta, Estrella de Diego, Antonio Rivero Taravillo, José Luis Cabrera, Ignacio Peyró, Guillermo Busutil, Cristobal G. Montilla, Lutz Petry, Tecla Lumbreras, Francisco Reyero, Óscar Carrascosa, Silvia Grijalba, Eugenio Chicano, Javier Ojeda, Pedro Pizarro, Teodoro León Gross o Francisco Griñán, a los que se han sumado fragmentos de diarios y artículos de Jean Cocteau, Paul Bowles y Mercedes Formica, y sendas entrevistas al poeta Pablo García Baena y al pintor Bola Barrionuevo. La revista LITORAL, ella misma protagonista de esta historia, es la nave a la que les invitamos a subir. No lo duden, Torremolinos, de pueblo a mito debe hojearse bajo una tumbona, dando sorbos a un espirituoso congelado, si pueden, junto al mar, porque, aunque no se lo crean, cuando el dinosaurio despertó, Torremolinos seguía allí.

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