Foto: Ñito Salas |
Al principio cuesta distinguirla. Hace falta cierta distancia, perspectiva, y entonces surge: un aspa gris formada por las piedras de granito colocadas en medio de los peñascos de mármol de Macael (Almería). 'Circle of Sally' (Círculo de Sally) recibe al visitante que se adentra en la exposición, pero también ofrece otras lecturas, otras historias, compartidas esta mañana por Richard Long. El artista británico explica que Sally era su abuela, fallecida en Málaga y enterrada en el Cementerio Inglés de la capital, así que aquí, ahora, lo íntimo se mezcla con lo universal, lo privado con lo general.
Un equilibrio sutil y definitivo entre el hombre y el paisaje como el que preside la propuesta de Richard Long (Bristol, 1945) reunida en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga) en la muestra 'Cold Stones' (Piedras frías), que permanecerá en cartel hasta el 21 de agosto. “Estoy feliz con esta exposición, porque cubre diferentes aspectos de mi trabajo: la escultura, el mural, la fotografía, los paseos...”, desliza el artista, autor del Pabellón Británico en las Bienales de Venecia (1976) y Sao Paulo (1994), Premio Turner (1989) y miembro de la Royal Academy of Arts desde 1991. Un histórico de la creación contemporánea vinculado al 'land art' y para el que ha reclamado una visión más amplia el director del CAC Málaga, Fernando Francés: “No lo he visto nunca como un artista encajable en el 'land art'. En él hay algo especial (…) La experiencia de la exploración es un viaje hacia el interior que tiene un componente zen”. Y a partir de esa variante oriental, Francés ha planteado el “componente efímero” que separa la obra de Richard Long de las propuestas que pretenden convertirse en una suerte de tótem en medio del paisaje.
"Mi cuerpo es mi principal instrumento"
“Todo mi trabajo está hecho a partir de mi capacidad física. Mi cuerpo es mi principal instrumento”, ofrece Long, que ha llevado ese esfuerzo físico a una pared de 4,5 metros de alto por 31,4 de largo para realizar el mural 'Muddy Water Wall', elaborado con arcilla y agua y situado junto al círculo dedicado a su abuela.
Otro círculo, este a partir de lascas de corcho, ocupa la parte central del espacio principal del CAC. Junto a él, un inmenso letrero recuerda el periplo que Long realizó en Sierra Nevada, entre la luna llena y la luna nueva. O el camino emprendido entre Córdoba y Santiago de Compostela, 18 días por España y Portugal. Ya en los 60, Long convirtió la caminata por la naturaleza en una forma de arte. Ahora, medio siglo después, su propuesta transmite la misma quietud. La misma paz.
Antonio Javier López . Diario Sur
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