Ya sabrán ustedes que Frank Miller viene este año al Salón del Cómic de Barcelona, lo que supone, sin duda, una oportunidad única de conocer en persona a una de las leyendas vivas del noveno arte. Con motivo de la ocasión, ha aparecido recientemente un buen número de reediciones para que los felices afortunados que logren una dedicatoria o una firma puedan verla estampada en su álbum favorito. Los habrá que lleven 300 o Sin City bajo el brazo, los que prefieran abordar al genio con Ronino sus importantísimos cómics de Batman, de los que El regreso del Caballero Oscuro y Año Uno permanecen como cúspides de un estilo y una forma de entender la historieta, o los que se decantarán por alguna de sus obras menores. Pero apuesto a que la mayoría se le acercará con un Daredevil en las manos. Y es que una generación entera descubrió a Miller gracias a su seminal interpretación del superhéroe ciego de Marvel. Eso mismo ha debido pensar Panini, que ha colocado en librerías tres títulos de la recién bautizada Colección Frank Miller, tan bonitos que es imposible cogerlos de la mesa de novedades y volver a dejarlos donde estaban. Son el grueso volumen Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson, la también compilación Daredevil: Born Again y la novela gráfica Elektra Lives Again. De los dos últimos les hablo en otro lugar de esta misma página, de modo que les ahorro más comentarios; el primero recupera en un solo tomo la primera etapa de Miller con el personaje que lo lanzó a la fama hace ya tres décadas y media. Yo no podré ir a Barcelona, pero si estuviese allí, confieso que este sería el libro que querría que Miller me firmase. Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson reúne en casi 900 páginas los cerca de cuatro años que el dúo permaneció al frente de la cabecera Daredevil, entre mayo de 1979 y febrero de 1983, esto es, los números 158 a 191 (excepto el 162, que fue un episodio de relleno). A dicho material, con el que Miller reinventó el personaje y el género, se suman los What if? 28 y 35, también dibujados por él, así como ochenta y tantas páginas de extras, que incluyen entrevistas, portadas de recopilatorios, dibujos promocionales, bocetos, reproducciones de originales, guías de color y un sinfín de maravillas, algunas de ellas inéditas en España hasta la fecha.
El jovencísimo Miller llegó a Daredevil cuando las ventas agonizaban, lo que le permitió jugar con la serie a su antojo. Se soltó primero en la mesa de dibujo, poniendo imágenes a los guiones de Roger McKenzie, y tomó completamente las riendas a partir del número 168, el de la presentación de Elektra. Citando a David Fernández: "Miller echó mano de sus variadas influencias: desde el más áspero género negro hasta las películas de artes marciales orientales, pasando por los estimulantes mangas procedentes de Japón", sin olvidar la sombra siempre presente de Will Eisner y The Spirit. Por su parte, Janson comenzó como entintador, aunque acabó haciéndose cargo de los lápices y el color ya entrada la etapa. Juntos hicieron historia.
El jovencísimo Miller llegó a Daredevil cuando las ventas agonizaban, lo que le permitió jugar con la serie a su antojo. Se soltó primero en la mesa de dibujo, poniendo imágenes a los guiones de Roger McKenzie, y tomó completamente las riendas a partir del número 168, el de la presentación de Elektra. Citando a David Fernández: "Miller echó mano de sus variadas influencias: desde el más áspero género negro hasta las películas de artes marciales orientales, pasando por los estimulantes mangas procedentes de Japón", sin olvidar la sombra siempre presente de Will Eisner y The Spirit. Por su parte, Janson comenzó como entintador, aunque acabó haciéndose cargo de los lápices y el color ya entrada la etapa. Juntos hicieron historia.
Javier Fernández
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