jueves, 14 de septiembre de 2017

El madrugón ... por Pablo Aranda

El verano todavía no ha terminado para más de un tercio de los jóvenes
El Málaga ha perdido contra el equipo canario y el jeque no ha dicho ni pío. Las gradas, compuestas por miles de entendidos, le hacían la peseta a Al Thani, que ha pagado en euros las nuevas incorporaciones. Le afean la política de fichajes, pues por lo visto no han bastado las llegadas de Rolán y de Rolón. Es caro ver un partido y encima uno regresa a casa afónico a fuerza de insultar al árbitro, como para que encima tu equipo vuelva a perder. Son sólo tres partidos pero el resto de equipos lleva los mismos y algunas veces ganan. Qué impotencia para muchos no poder bajar un momento y explicarle al árbitro lo que no ha sabido ver. O al entrenador. Con lo que nos cuesta aguantarnos sin más. En la liga alemana ha debutado una árbitra y aquí habría que taparse los oídos si una mujer pitase un penalti en contra. ¿Qué sabrán ellas?, se preguntarían muchos. Pero hasta el Málaga tiene un equipo femenino, el cual volvió a ganar el domingo por 2 a 0. En el partido contra Las Palmas no hubo aplausos. Se jugó de noche y el campo estaba casi lleno, aunque hubiese que madrugar al día siguiente. Lo cierto es que España es de los países donde menos gente tiene que madrugar no sólo al día siguiente sino ni al otro. El verano, ya de por sí largo, es interminable para muchos.

Según el último informe de la OCDE uno de cada cuatro españoles de entre 18 y 24 años ni estudia ni trabaja. ¿De dónde sacan dinero entonces para la entrada al campo? Es verdad que muchos jóvenes abandonaban los estudios a los 15 años y ahora lo hacen a los 17, pero sin ningún título, eso sí que es una derrota. Sin título, el mercado laboral te hace la peseta. La OCDE, y los padres y madres del mundo, insisten en que mientras más alto sea el nivel de estudios mayor es la oferta de empleo a la que se puede acceder, y también es mayor la cantidad de euros que se percibe de salario. Está comprobado.



Siguiendo con la franja de edades, en la de jóvenes españoles entre 25 y 34 años superan el tercio quienes no cuentan con el título de Bachillerato ni de FP. Cuando se ve a las pandillas quemando horas en un banco de una plaza, haciendo la o con un canuto, algunos sienten la impotencia del aficionado por no poder acercarse y decirles pero por favor. La oferta de plazas en FP debería ser mucho más alta, pero aun así. Trabajar cansa y estudiar es un rollo y a lo mejor han sido educados a salirse siempre con la suya, que llegados a un límite es la nuestra. Ojalá podamos dejar de discutir pronto sobre Cataluña y preocuparnos (¡y ocuparnos!) de la educación. Como el tema va para largo, esperemos que el Málaga masculino empiece a ganar partidos. Y que la afición tenga que madrugar.

Pablo Aranda

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