jueves, 6 de octubre de 2016

A Salto de Mata : Sí

Los colombianos han dicho NO al acuerdo de paz firmado por el gobierno y las FARC, por una exigua diferencia: 50,22% vs  49,77%. ¿Consecuencias?: Caos, desencanto, frustración, incertidumbre, fracaso…..
Esta guerra fratricida, que comenzó  a mediados de los años sesenta, deja  250.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos, un país sin posibilidades de desarrollo, una sociedad chantajeada y una juventud rural que sólo tenía dos caminos: o ingresar en el ejército para combatir a las FARC o afiliarse a las FARC para luchar contra el ejército.


Los cuatro años de conversaciones  en  La Habana para lograr el cese de las hostilidades se materializaron en una ceremonia en Cartagena de Indias entre el presidente del país  Juan Manuel Santos y el jefe de la guerrilla Timoleón Jiménez.  Ahí podía haber quedado zanjado el asunto, pero cometieron  -a mi juicio-la imprudencia  de dar al pueblo la última palabra.

Son muchos los que creen que consultar, o trasladar a los ciudadanos la responsabilidad de decidir, es un valor consustancial a la democracia, pero, a veces, no es así, especialmente cuando  -y se sabe de antemano-  no habrá un triunfo holgado de una de las opciones, o cuando los consultados no tienen toda la información necesaria para decantarse por una u otra iniciativa. Verbigracia: Brexit.

Colombia y su gente merecen vivir en paz, y al igual que ocurrió en otros países como Vietnam,  Nicaragua o Sudáfrica, llegará el día en que este tiempo siniestro y aciago sólo formará parte de la Historia.

Manuel Mata

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