Con todo vendido y para inaugurar el ciclo Andalucía Flamenca del Auditorio Nacional de Madrid, cartel de tronío, Cancanilla y la Cañeta de Málaga. Dos figuras de altura que dejaron el sello del arte de su ciudad en La Corte.
Ambos conocen bien la capital, la Cañeta
ha vivido muchísimo tiempo aquí y Cancanilla aún lo hace por lo que
resulta más fácil verle en las programaciones madrileñas o yendo a ver a
algún amigo cantar. Conociendo a uno y otro la cita era ineludible.
19.30h con puntualidad británica, salía Cancanilla al escenario acompañado por su guitarrista habitual, Chaparro de Málaga,
del que minutos antes Sebastián ( que es el nombre real del cantaor )
nos hablaba con muchísimo cariño y admiración y lo catalogaba como uno
de los mejores guitarristas del momento. Desde luego demostró a lo largo
del recital que estas palabras tenían su razón de ser. A las palmas, Sole, mujer del cantaor.
Soleá por Bulerías, Tientos rematados por Tangos, Seguiriyas y Bulerías fueron su repertorio, teniendo especial ovación en el tercer cante,
que el mismo artista presentó como un cante primitivo y que tuvo su
recompensa en forma de aplausos acalorados del respetable. Cacanilla
cantó y por supuesto bailó, pues es uno de los cantaores que mejor
bailan con diferencia, un artista completísimo, admirador de Mairena y
que se llevó el viernes el respeto de todo aficionado.
Tras él, La Cañeta.
Este titán del Flamenco llegó y la formó. Desbordaba energía, raza,
genio y flamencura. Vestida de rosa, con sus tacones de igual color, se
acompañó por un cuadro compuesto por su guitarrista Antonio Soto, a las palmas Loli y Kiko y por su puesto, su marido, José Salazar.
Ella conecta con el público de una forma casi animal
y lo demostró solamente con salir al escenario, pues sin haber empezado
si quiera a cantar, ya era aplaudida como si hubiera hecho el recital
entero. Sus formas son festeras, son los cantes que domina por lo que su
repertorio fue por este camino con Cantiñas, de letras dedicadas a
Chano y Pastora Imperio, por supuesto, Tangos, icluyendo letras del
Piyayo y saliendo por Garrotín.
Como ella se mueve por el escenario sin
parar de bailar y cantar, necesitó un descanso en el cual José Salazar
hizo unas letras por Fandangos, consciente de no tener muy bien la voz,
pero con un arte y estilo propios de un artistazo como el que es. Lo más
bonito de esta parte casi fue ver a la Cañeta completamente rendida
ante su compañero.
Las Bulerías como broche, metiendo
coplas por ellas acordándose de Lola y de Juana Reina. El público varias
veces en pie, y así estábamos todos, cuando para acabar la tarde
salieron de nuevo a escena Cancanilla, Chaparro y Sole conviertiendo el Auditorio en una fiesta de las que ya no se ven. Pero en vez de contárselo, les dejamos este vídeo para que puedan disfrutar de la misma manea que lo hicimos nosotros.
Fotos de Sara G. Foto.
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