martes, 7 de marzo de 2017

Días de viejo color en el CAL

Martes 14 de marzo, a las 19:30 en el CAL 
Días de viejo color es el título de una película de esas que llamamos "de culto" realizada en 1967 por Pedro Olea bajo guión del malogrado Luis Mamerto López-Tapia, una rareza que se situaba en el Torremolinos sesentero, con aspiraciones de nouvelle vague y ecos de fiestas warholianas durante un puente de niños pijos de Madrid en Semana Santa en el que adivinaba lisergia y alguna performance, y donde actuaban gente como Aute, haciendo de cantautor francés por La Nogalera, y una Massiel hiérática al lado de un gramófono que reproducía la habanera de Carmen pasada de revoluciones. Y hasta eximios arquitectos entonces joveznos como Salvador Moreno Peralta, hoy padre de Pablo Alborán. Eran aquellos intentos de pop underground de una España absolutamente camp y casposa pero que en Andalucía lograban germinar de forma espontánea, si bien nade luego se preocupaba entonces de cultivar y regar.
Días de viejo color es el título también de un ensayo del periodista cultural Fran G. Matute que ha publicado el Instituto de Estudios Andaluces y que el autor presentará el próximo martes 14 de marzo en el Centro Andaluz de las Letras de Málaga durante un acto para el que me ha pedido amablemente que le acompañe.
Es un libro que recomiendo vivamente donde Matute entrevista a muchos personajes que generaron las raíces del pop, el underground y la vanguardia desde Andalucía desde la mitad de los años 50, muchos de los cuáles tuvieron que emigrar porque en nuestra comunidad no se daban ni las condiciones económicas, sociales ni estructurales necesarias para acoger y desarrollar y capitalizar aquellos movimientos. Hablamos de artistas plásticos y visuales como Luis Gordillo, Guillermo Pérez Villalta, Nazario, Carlos Pérez Siquier, Jorge Rueda, Enrique Brinkmann, Equipo 57, Carmen Laffón o Diego Santos, de músicos y grupos como Smash, Los Íberos, Veneno, Triana, Gualberto, Diego del Gastor, de cineastas y productores como Gonzalo García Pelayo, Miguel Alcobendas, Carlos Pérez Merinero, Juan Sebastián Bollaín, el propio Mamerto López-Tapia, Julio Diamante, pioneros de la danza contemporánea o el teatro como Thomé Araujo, Ángeles Rubio Argüelles y el Teatro ARA, La Cuadra, Dintel o Esperpento, figuras únicas como Ocaña, escritores, periodistas o editores como Juan Cobos Wilkins, Luis Clemente, Fernando Quiñones o Alfonso Grosso o eventos como Cita en Sevilla, el Festival de Cine de Autor de Benalmádena, los platós para rodar spaghetti westerns en el desierto almeriense o la Expo 92, como saldo final y acabóse de todo aquello. No están todos los que son pero sí son todos los que están y se trata de un ejercicio necesario de relectura de la historia no ya oficial, sino a veces inexistente, de la cultura y la vanguardia en un país donde los territorios de Andalucía eran simultáneamente granero y recreo, pero casi nunca espacio de producción y de generación de discursos y recursos. Fran ha entrevistado asimismo a personajes de posteriores generaciones que le han servido para contextualizar las figuras de los desaparecidos como Javier Ojeda, Juan Bonilla, Tecla Lumbreras, Óscar Romero, Juan José Téllez...
Supongo que charlaremos durante el acto y que me tocará hacer de entrevistador del entrevistador. Toda vez que he sido testigo, divulgador, analista, documentalista y hasta arte y parte de algunos de aquellos procesos que recoge Fran en su jugoso libro, lo mismo sale un diálogo nutritivo.
Y ahora, como él mismo pide desde sus muros, toca que vengan ustedes a darle calor al viejo color. Es el próximo martes 14 de marzo, a las 19:30 en el CAL de calle Álamos. Y no hay que pagar nada. Bueno, a mí supongo que luego me invitan a una cerveza. Privilegios de la edad.

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